De ella opina Antonio Morales, director de la revista “Correo del Arte” de Madrid: “…Tiene Marina Isabel (nacida en San Pablo. Toledo) una pincelada suelta que le permite expresarse cuando maneja la técnica del óleo, con un lenguaje fresco pleno de sensibilidad cromática que envuelve con su pastosidad hábilmente aplicada. Y cuando es la suavidad del pastel, revela una exquisita disposición para el dibujo…”
LICENCIADA EN BELLAS ARTES EN LAS ESPECIALIDADES DE PINTURA Y GRABADO POR LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
Afirma Marina Isabel: “Creo que mi afición a la pintura la heredé de mi padre, de pequeños nos dibujaba, de memoria, entre otras cosas, caballos, con todos sus aperos y jinete incluido. Hizo un curso de dibujo técnico por correspondencia; no entendí que pudiera ser atractivo para él”.
“En realidad, entré en Bellas Artes bien preparada a causa de los cinco años de aprendizaje en el estudio de Encarnación Rubio, la primera mujer grabadora de España, alumna de Julio Romero de Torres y compañera de Dalí, que en un concurso de grabado al ver lo que ella hacía él se retiró. Era muy dura, pero muy buena profesora”.
EN SEVILLA
“Mis dos primeros años en Bellas Artes los hice en Sevilla, puesto que en Madrid no podía matricularme para hacer ingreso y primero oficial- libre. Allí me dieron notable, la nota máxima de los libres”.
“También pasé dos estupendas Semana Santa viviendo el ambiente de Sevilla, desde visitar sus maravillosas esculturas: la Macarena, Jesús del Gran Poder y, sobre todo, el Cachorro, solemnes salidas de las procesiones y pasos por lugares estratégicos; todo de una belleza y devoción impresionante”.
RECUERDOS
“Me viene a la mente el profesor Bartola cuando me dijo que pintara un fondo plano. Yo le contesté que mi pintura requería el fondo con movimiento: o Toledo, otro profesor, con su deje canario, hablando de que “los espasios en la pintura, son como los silensios en la música (la frase me gustó). O Maireles cuando me corrigió un bodegón y me dijo: Usted ya me ha demostrado que sabe hacer una botella, ahora rómpala. ¿Me deja?, le contesté. “Sí, claro”, replicó. Cuando terminé, vino hacia mi lugar de trabajo y me dijo: “Ahora ya es una obra de arte”. ¡Qué bien! Pensé”.
EN MADRID
“En tercer curso, vine a Madrid y las notas en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando fueron aún mejores que en Sevilla; en la clase de dibujo de movimiento, saqué sobresaliente; el “profe” se disculpó por no haberme dado matricula”.
Ángel del Campo y Francés, Académico de Bellas Artes y autor del libro “La magia de las Meninas”, opina sobre nuestra entrevistada: ..”El trazo pictórico de Marina Isabel posee una gran fuerza y briosidad”.
BECADA EN EL PENSIONADO DE SEGOVIA
“Fui becada para ir a Segovia, por haber sacado sobresaliente en paisaje y, por ello, suspendí un viaje a Italia que tenía planificado. Y mereció la pena cambiar de planes porque estuve mes y medio alojada en el Palacio del Marqués de Quintana, pintando Segovia”.
“Obtuve la Medalla de Bronce de los Pensionados a nivel Nacional”.
En Segovia, Francisco de Paula Rodríguez, del periódico “El Adelantado”, opina: “...La pintura fluida y espontanea de Marina Isabel compone lo justo para dar unas visiones de color suave y compuesto que tienen mucho de personal…”
VIAJE FIN DE CARRERA, GRATIS
Recuerda Marina, con cariño, que: “el viaje fin de carrera fue a Grecia, que me salió gratis por la subasta que se hizo en el diario Pueblo, de mis apuntes de acuarela”.
CARRERA PROFESIONAL
“Tras realizar varios cursos de Doctorado, con el reconocimiento de suficiencia investigadora en el Departamento de Pintura de la Universidad Complutense de Madrid, me preparé concienzudamente para unas duras oposiciones, el Curso de Adaptación Pedagógica”.
“Me pasé un año estudiando y tuve un mes entero de exámenes- creo que demasiados- y fui Profesora titular de los Institutos de Educación Secundaria (I.E.S.) en San Fernando de Henares, Tirso de Molina y Ramiro de Maeztu de Madrid”.
“Siempre me he sentido muy a gusto con los distintos destinos donde realizaba mis trabajos. Pero mis últimos quince años en el Ramiro de Maeztu de Madrid, fueron muy buenos y creativos. Había un gran seminario de dibujo complementándonos todos”.
TALLER DE GRABADO
“En mi etapa como docente pedí una licencia de estudios para ir a la universidad y hacer la especialidad de grabado. Tuve que presentar mi currículo y pasar un examen. Fui aceptada y me convalidaron dos años de comunes; hice tercero y cuarto trabajando muchísimo, dejando quinto curso para el año siguiente. Con ello pude instaurar en el Ramiro de Maeztu el taller de Grabado y añadir al bachillerato artístico la asignatura de Técnicas- gráfico- pictóricas, fomentando en los alumnos el entusiasmo por esta disciplina, que actualmente sigue impartiéndose”.
INSIGNIA EN ORO Y ESMALTE DEL RAMIRO DE MAEZTU
“En mi jubilación, me regalaron la insignia en oro y esmalte, muy bonita, del Instituto Ramiro de Maeztu, del que guardo un emotivo e imborrable recuerdo”.
“Ya jubilada, al fin podía dedicarme mejor a la pintura, aunque ya había participado en exposiciones colectivas y en solitario”.
Entre otras, las exposiciones colectivas de pintura en el Diario Pueblo de Madrid; en el Salón Cano de Madrid; en la Caja de Ahorros de Segovia; en San Pablo de Toledo; en el I.E.S. Ramiro de Maeztu de Madrid; en la de grabados en la Embajada de Egipto en Madrid y en la Facultad de Bellas Artes de Madrid y en exposiciones individuales de pintura y dibujo, en la Galería Díez Alcolando de Madrid; en la Galería de Arte Skimo de Madrid; de grabados, en Estampa, correspondiente a la Feria Internacional del Grabado de Madrid; de pintura en la VII Feria de Arte Contemporáneo de Sevilla en el Palacio de Congresos de Sevilla, etc.etc..
REFLEXIONES
Declaraciones de la extraordinaria pintora Marina Isabel Pérez, entrevistada por José Belló Aliaga
Marina Isabel Pérez, concluye: “No hay arte si no se vive con entusiasmo, como si cada obra fuera la primera y “la única”.
“Mi trabajo nace de la atracción hasta un objeto, pasa al pensamiento y fluye al pincel como un rio enriquecido de corriente generosa, embriagándose ante una línea sinuosa, un colorido voluptuoso, una textura o una transparencia; siempre la misma emoción al pintar el brillo de unos ojos, el rayo de luz que atraviesa entre las hojas para iluminar una uva y plasmar la esencia de su fruto, o la textura de esa tierra, donde nacen las malvas reales.”
“Toda pincelada o trazo es un latido de emoción y pasión, camino hacia la forma. Salvando las distancias, pienso que Velázquez sentiría la misma sensación al pintar los ropajes de la Infanta Margarita que pintando las Hilanderas, Goya con su Cristo y sus Aquelarres o Monet con la Catedral de Rúen y los Nenúfares de Giverny”.
Autor del vídeo y de las fotografías: José Belló Aliaga