Y es que la trayectoria vital de Alejandro López Andrada, uno de los mayores poetas actuales en lengua española, y también sólido novelista, ha sido pródiga en encuentros azarosos y afortunados; en momentos de rara belleza y fulgor y asimismo de honda pesadumbre.
Unos y otros tienen cabida en las páginas de esta obra singular, donde el autor de La dehesa iluminada y Entre zarzas y asfalto echa la vista atrás para rescatar su relación con autores renombrados de las últimas décadas como Julio Llamazares, José Hierro, Caballero Bonald o Antonio Colinas; para evocar su niñez en un ámbito rural, agreste, que habría de marcar de manera decisiva su forma de entender el mundo y su propia obra.
Frente al libro de memorias autocomplaciente y selectivo en el recuerdo, López Andrada brinda a toda suerte de lectores, tanto a los más conocedores de su trayectoria literaria como a los que aún no lo son, un texto que conmueve por la autenticidad de lo narrado, por la honda cercanía de su autor, capaz de revelar aquello que tendemos a ocultar incluso a los más próximos. Y todo ello con la maestría de un escritor deslumbrante, que brinda en cada página imágenes y estampas de indeleble huella y aliento lírico.
Alejandro López Andrada (Villanueva del Duque, 1957) comenzó a escribir muy joven y hasta la fecha ha publicado poemarios como El Valle de los Tristes, La tumba del arco iris, Los pájaros del frío, La tierra en sombra y Las voces derrotadas.
Ha recibido premios como el Nacional San Juan de la Cruz, Iberoamericano Rafael Alberti, José Hierro, el Andalucía de la Crítica, el Fray Luis de León y el Ciudad de Córdoba Ricardo Molina, entre otros.
Ha escrito asimismo poesía infantil, tres ensayos sobre la desaparición del mundo rural El viento derruido, Los años de la niebla y El óxido del cielo y once novelas, una de las cuales fue adaptada al cine por Antonio Giménez-Rico.
Tras El jardín vertical” y "Entre zarzas y asfalto", resulta ganador del Premio Jaén de Novela, uno de los más prestigiosos del país, gracias a Los perros de la eternidad.
Hijo Predilecto de su localidad natal, en 2007 se dio su nombre a una plaza de la misma ("Plaza de Alejandro López Andrada"). En ella se encuentra la casa donde nació.
Puedes comprar el libro en: