Corre 1994. Apenas un año ha pasado en la pequeña ciudad universitaria británica desde que una serie de muertes sigilosas y casi abstractas sacudieron a la comunidad. Muertes que la prensa local bautizó comoCrímenes imperceptibles y que en el extranjero se conocerían como Los crímenes de Oxford. Los protagonistas de aquella desconcertante intriga, el reputado profesor de Lógica Arthur Seldom y su joven discípulo argentino G –de nombre impronunciable para los británicos–, se topan con un nuevo misterio. En esta ocasión nadie parece estar a salvo del peligro, porque la serie de crímenes que amenaza a la comunidad universitaria no sigue ninguna lógica descifrable. O quizás sí, pero en este caso no responde al exacto rigor matemático de los anteriores asesinatos, sino a las oníricas o fantásticas leyes del nonsense que gobiernan el País de las Maravillas de Lewis Carroll.
Todo comienza con un hallazgo de la joven y bella becaria Kristen Hill en los archivos del escritor victoriano. La Hermandad Lewis Carroll, integrada por los mayores biógrafos y expertos del escritor -y de la que Arthur Seldom también forma parte- se dispone a publicar finalmente los diarios íntimos de Carroll y encomienda a la investigadora el cotejo de los cuadernos originales. Kristen descubre un papel que ha pasado desapercibido hasta ahora para todos, con una frase que guarda la clave de una página arrancada del diario de Carroll por sus familiares. Esa página, del año 1863, podría desbaratar todos los estudios y biografías sobre el autor de Alicia en el País de las Maravillas, y arrojar una luz completamente nueva sobre su vida y su obra.
Sin embargo, Kristen no llega a comunicar su revelación a la Hermandad porque un trágico y dudoso accidente automovilístico la deja en coma en el hospital la noche antes de la reunión plenaria.
El accidente tiene visos inequívocos de intento de asesinato y cuando el inspector Petersen –viejo conocido para el lector de Los crímenes de Oxford– toma cartas en el asunto, las cosas se complican aún más porque las muertes se suceden. Muertes a la vez acompañadas por el envío anónimo de unas fotografías perturbardoras que Lewis Carroll realizó en su día a varias niñas, incluida la pequeña Alice Liddell, en quien se inspiró para escribir su célebre novela.
¿Esa faceta oscura y polémica de Lewis Carroll tiene relación con los asesinatos? ¿Cuál es la verdad que se intenta ocultar? ¿Quién está matando una y otra vez al mensajero y por qué? A todos esos interrogantes se enfrentan Seldom y su joven discípulo en una carrera contrarreloj antes del próximo crimen. Y la serie de ataques no parece responder a otra lógica que las absurdas o paradójicas reglas que reinan en el País de las Maravillas. Un verdadero desafío que pondrá a prueba la inteligencia y las capacidades deductivas del célebre profesor y el joven estudiante argentino.
Con ágiles diálogos, escenas memorables y un ritmo vertiginoso, Guillermo Martínez se supera así mismo y vuelve a sorprender. En la mejor tradición del policial de misterio, tal y como lo concibió Jorge Luis Borges, o la novela de enigma que consagró a Umberto Eco, el reciente Premio Nadal de Novela construye, con una prosa cristalina y tersa, unthriller que aúna lo libresco y las referencias literarias con el relato policial clásico.
Martínez toma como punto de partida el hallazgo real, por parte de la dramaturga Karoline Leach, de un documento que resume las páginas arrancadas del diario de Carroll, y se inspira además en la publicación del diario auténtico en nueve volúmenes llevada a cabo por la también existente Sociedad Lewis Carroll, para tramar a partir de allí una ficción que atrapa al lector desde la primera página.
Un enigma policíaco condenadamente inteligente, abonado con paradojas del sentido, acertijos carrollianos y problemas filosóficos de gran calado, que va mucho más allá de la confortable lógica matemática. Una aguda reflexión sobre aquellos ingredientes dislocados, con sus posibles facetas siniestras, con los que Carroll construyó su País de las Maravillas, y que también pueden emerger en nuestra vida cotidiana.
Guillermo Martínez (Bahía Blanca, Argentina, 1962) reside desde 1985 en Buenos Aires, donde se doctoró en Ciencias Matemáticas. Posteriormente residió dos años en Oxford. En 1982 obtuvo el Premio del Fondo Nacional de las Artes con el libro de cuentos Infierno grande. A su primera novela, Acerca de Roderer, traducida a varios idiomas, la siguieron La mujer del maestro y el ensayo Borges y la matemática. En 2003 publicó Crímenes imperceptibles, novela traducida a 40 idiomas y llevada al cine por Álex de la Iglesia, con el título Los crímenes de Oxford, el mismo con el que fue publicada en España en 2004 por Destino. En 2007 publicó La muerte lenta de Luciana B, elegida por El Cultural entre los diez libros de ese año. En 2011 publicó su última novela, Yo también tuve una novia bisexual. En 2015 ganó el I Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez con Una felicidad repulsiva. Publicó también los libros de ensayos La fórmula de la inmortalidad, Gödel para todos (en colaboración con Gustavo Piñeiro) y La razón literaria.
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