Durante el pasado Certamen de Novela Histórica de Úbeda coincidimos, tanto en la presentación de su libro como en algunos momentos de ocio durante el evento. Aprovechando una comida, en la que estaba presente su mujer, pudimos hablar largo y tendido sobre la novela histórica en general y la novela de romanos en particular, así las definíamos hace unos años a este tipo de novelas cuando el género histórico no estaba tan pujante como en la actualidad. En la entrevista, Agustín Tejada, con verbo fluido y con humor nos desentraña algunos de los pasajes de su novela y de la personalidad de Quinto Sertorio.
“Hispania. El sueño de un rebelde” es la segunda entrega de su trilogía sobre Hispania. ¿Podríamos considerar al libro como continuación de aquel “Contrebia Leucade” o se podría leer independientemente?
Pues la verdad es que ambas cosas son ciertas. Se trata de la continuación de “Contrebia Leucade”, dentro del marco de las Guerras Sertorianas que asolaron Hispania durante una década, pero a la vez se puede afirmar sin temor a equivocarse que se puede disfrutar de su lectura sin haber leído el anterior.
¿Pondrá fin a su saga hispana con una próxima entrega o seguirá escribiendo sobre Hispania?
Ya puedo adelantar que habrá una tercera novela que cierre la trilogía sobre el general Sertorio y el celtíbero Kalaitos, narrador y protagonista de cada aventura.
No obstante, no descarto seguir escribiendo sobre nuestra querida Hispania porque se trata de una de mis debilidades.
¿Qué le atrae del mundo romano, en espacial de los tiempos de la República?
En general, me atrae la épica que rodea al ser humano. Y esa época hay que reconocer que contiene mucha. Sobre todo pensando en el general Sertorio, que desde una simple provincia, tiene la osadía de enfrentarse a una Roma que él considera corrupta y desnaturalizada pero, aun así, inmensamente poderosa. Y lo hace además rodeado de un ejército repleto de legionarios hispanos.
¿Somos los españoles más romanos que otra cosa?
Los españoles somos un compendio de muchas cosas, como muchos otros pueblos. La verdad es que no sabría decir si los romanos nos dejaron más poso que los visigodos y los árabes. Quizá sí, en muchos aspectos. Pero no me rompo la cabeza con ese tema. Desde luego… a la hora de celebrar banquetes, sí que nos parecemos a ellos.
En la novela se trata la rebelión de Quinto Sertorio contra Sila. ¿fue una rebelión legítima?
Hombre, Sila se hizo con el poder usando la fuerza de las armas y se convirtió en dictador. Luego ya no tenía mucha legitimidad de partida, desde mi punto de vista. Sertorio pretendía restaurar los auténticos valores de la República y por eso Sila quiso matarlo. Así que… algo más de razón tendría el llamado Gigante de Nursia.
Algunos han llamada a Sertorio “el primer demócrata de la historia”
¿Cómo definiría a Quinto Sertorio?
Para mí Sertorio era un idealista, un soñador, un hombre íntegro. Y también un superviviente.
¿Le considera más un militar o un político?
Casi podríamos llamarle “humanista”, porque además de todo lo anterior también mostró un claro interés por la cultura. Y de ahí la fundación de su Academia de Latinidad en Osca.
¿Cómo militar fue innovador?
Desde luego. Hay que tener en cuenta que siempre contó con menores medios que los procónsules que Roma enviaba para neutralizarlo. Hay que recordar también que utilizó la guerra de guerrillas contra unas legiones senatoriales que siempre resultado invencibles. Y tampoco podemos pasar por alto que el gran Pompeyo jamás fue capaz de derrotarlo en campo abierto.
¿Fue su levantamiento justificado?
Algunos han llamado a Sertorio “el primer demócrata de la historia”. Desde mi punto de vista, sus razones eran más que suficientes. Pero es que además, le iba la vida en ello. Y eso también pesaba bastante.
Quinto Sertorio obtuvo grandes victorias, Cecilio Metelo no pudo con él tuvo que llevar Cneo Pompeyo Magno para sofocar la rebelión. ¿Qué hubiera pasado si no se hubiese hecho?
Para Roma, Sertorio era un aventurero loco, un forajido. Pero sobre todo un peligro. Y jamás habría permitido que se saliera con la suya. Si no hubiesen sido Metelo y Pompeyo, habrían sido otros los encargados de acabar con él. Pero no olvidemos que se mantuvo casi una década.
Valore la figura de Pompeyo como militar.
No era un incompetente, por supuesto. Pero quedaba muy lejos de la habilidad y astucia de Sertorio y de la genialidad de Julio César. Además, era demasiado joven en aquella época. Apenas contaba con 22 años.
“Me gusta bucear en el mundo interior de las personas”
La historia está contada por Kalaitos, un celtíbero enrolado en las legiones de Sertorio. ¿Cuesta meterse en la mente de un soldado de hace veintiún siglos?
Bueno, a mí me gusta bucear en el mundo interior de las personas. Y elucubrar. Y hacer cábalas sobre sus intereses y motivaciones. Para mí resulta muy divertido pasearme virtualmente por la Hispania del siglo I a.C. Y, en ese sentido, el celtíbero Kalaitos me lo ha permitido.
¿Ha considerado más conveniente escribir la novela en primera persona pese al cambio de mentalidad desde entonces?
Escribir en primera persona imprime más sentimiento al personaje. Y, sobre todo, lo acerca mucho más al lector. Ese es el efecto que he buscado en esta novela y en la anterior. No es lo mismo leer sobre una batalla que librarla tú mismo parapetado tras las tapas tu libro.
Casi toda la novela se desarrolla en la Hispania Citerior. ¿Fue esta zona el mayor enclave romano de la península o, al menos, el más tranquilo?
Bueno, lo que ocurre es que era la zona de mayor influencia sertoriana. Pero también la novela contiene un viaje de costa a costa, cruzando toda la Hispania Ulterior y con una parada obligatoria para la sangrienta batalla de Itálica.
Espionaje, amoríos, batallas… ¿son elementos fundamentales para una buena novela histórica?
Yo creo que una novela histórica debe mezclar algunos géneros más. Si, además de la aventura, no incluyes un poco de misterio y algún amorío… el relato podría parecer un mero tratado de Historia.
Yo creo que una novela histórica debe mezclar algunos géneros más como la aventura, un poco de misterio y algún amorío… sino el relato podría parecer un mero tratado de Historia
¿Ha procurado ceñirse a la historia o ha primado la ficción en su novela?
A mí me gusta hacer ambas cosas. Yo suelo decir que una novela histórica se hace a base de rellenar la Historia (con mayúscula) de pequeñas historias (con minúscula)
¿Ha sido difícil unir personajes ficticios con otros reales?
No, al contrario. Es lo que a mí me gusta hacer. Me encanta imaginar o recrear las personalidades que pudieron tener Sertorio o Pompeyo, por poner dos ejemplos. Y rodearlos de otros personajes míos. Para moverlos a todos ellos a través de un relato que, al final, debe resultar creíble y también auténtico.
De todos sus protagonistas, ¿con quién ha disfrutado más escribiendo?
Disfrutar… he disfrutado con todos. Porque todos son hijos míos, en el fondo. Kalaitos, el protagonista, es como si viviera dentro de mí. El personaje de su maestro griego –Placidio- me ha resultado divertidísimo de crear. Sertorio, con sus dilemas irresolubles, me ha dado más quebraderos. El centurión Draco, entrenador y posteriormente compañero de armas de Kalaitos, ha sido posiblemente el personaje que más fácilmente he construido por alguna razón. Se trata de hombre que resume a la perfección la filosofía de un superviviente, de un hispano adaptado al mundo brutal de la guerra, de un ser con un solo objetivo: vivir hasta mañana.
Para terminar, ¿cuál sería la moraleja de la historia de Quinto Sertorio?
Se puede -y tal vez se deba- vivir y morir por un ideal, siendo siempre una persona íntegra.
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