Una novela que se alza como un himno a la grandeza de un continente arrasado por las peores calamidades y un esperanzado acto de fe en la vida.El escritor argelino afincado en Francia se consagra con esta novela como una de las voces más potentes del norte de África, un altavoz de los principios más elementales, una pluma que reivindica la literatura como arma. A través de una narración torrencial, emotiva y profunda, Yasmina Khadra se adentra en la quintaesencia de la condición humana, llevando a sus personajes hasta el límite, aislándolos hasta lograr detonar tanto en ellos como en el lector un cambio, una nueva mirada.
Kurt Krausmann es un médico de Frankfurt que lleva una vida tranquila entre su consulta y su casa burguesa. Al menos hasta que un drama familiar le aboca de repente a la desesperación. Para ayudarle a sobrellevar su dolor, Hans, su mejor amigo, un hombre de negocios que también dedica su tiempo a la ayuda humanitaria, le propone acompañarle en un viaje en velero hacia las islas Comora. En el transcurso del viaje, cerca de la costa somalí, su barco es asaltado por los piratas. Kurt y Hans son secuestrados y trasladados a un campamento clandestino, en el este africano. Allí encuentran a otro rehén, Bruno, un francés que parece haber sido olvidado por el mundo y que intenta conciliar su pasión por el continente africano con la angustia por su cautividad. La incertidumbre y unas condiciones de subsistencia indecibles, la proximidad peligrosísima con mercenarios sin piedad dan comienzo a un descenso a los infiernos del que es imposible salir indemne. Pero también constituirá para Kurt el comienzo de una hermosa historia de amor.
Perdidos y a la deriva, tras haber reventado el motor del coche que les ha regalado su escapatoria, se encuentran con un oasis muy particular que les saciará y salvará la vida en muchos sentidos: una caravana de refugiados darfures huyendo de las milicias sudanesas. Entre las familias, un grupo de médicos y enfermeros de la Cruz Roja lidera la marcha hacia un gran campamento de la organización no gubernamental, donde hallarán el descanso y la protección tan ansiadas tras las últimas ¿semanas? ¿meses? ¿Quién sabe cuánto tiempo permanecieron durmientes en esa cabaña en el fin del mundo?
En esta peregrinación, en esa caminata hacia la vida, Kurt despertará a África y a su propia vida, su nueva vida, tras un periodo de lucha consigo mismo, en el que no sólo deberá superar el duelo por su esposa sino el de su propia existencia. A su lado, la doctora Elena Juárez, una bella médica sevillana, le mostrará la belleza de un continente "olvidado por los dioses" y de mucho más...
Darfur es una región de Sudán, el país más extenso de África con más de dos millones y medio de kilómetros cuadrados. Cinco veces España. Allí, perdido física y espiritualmente, Kurt se enfrentará a la furia del hambre, al terror de la guerra, a la injusticia surrealista, que hasta el momento sólo se había colado en su vida a través de reportajes dominicales en el suplemento del periódico o piezas sin sonido del telediario de la noche mientras cenaba. Ahora, convertido en uno de ellos, en un refugiado de pies arenosos y mirada perdida, se pregunta: ¿De dónde sacarán fuerzas para seguir adelante, la fe para creer en un amanecer tan mísero como ellos mismos?
Yasmina Khadra nació en 1955 en el Sáhara argelino. Es hoy un autor conocido y admirado en el mundo entero, con buena parte de sus novelas traducidas a más de cuarenta países. El atentado (2007) recibió, entre otros, el premio de los libreros franceses en 2006 y está siendo actualmente adaptado al cine. Lo que el día debe a la noche (Destino, 2009) fue declarado mejor libro del año por la prestigiosa revista Lire, e igualmente se ha realizado una adaptación a la gran pantalla. Yasmina Khadra era miembro del ejército argelino y publicó su primera novela bajo el pseudónimo femenino -los dos nombres de su esposa- que adoptó para evitar represalias.
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