“He escrito una novela al estilo de folletín del siglo XIX sobre uno de mis ancestros, Charles Choiseul de Praslin, que tuvo una historia muy peculiar. Fingió un suicidio en Francia al verse acusado de un crimen pasional por lo que tuvo que huir a Nueva York tras un periplo curiosísimo”, cuenta con su suave acento sudamericano. En ese periplo conocería nuevos lugares, tanto en Europa como en América y le gustó tanto lo que vio que decidió quedarse en el nuevo continente.
Para Gioconda Belli esta es “una historia de segundas oportunidades, en un tiempo donde hubo grandes migraciones. Tal y como hay hoy en día”, recalca. El problema de las grandes migraciones se dio en el siglo XIX en América. “¿Saben de donde descienden los argentinos? De los barcos”, cuenta jocosa durante la entrevista. En Nicaragua sucedía lo mismo. “Todos los emigrantes llegaban en barco buscando una nueva vida, mi bisabuelo llegó así y, posteriormente, quiso cruzar por el río San Juan y el lago de Nicaragua al océano Pacífico”, dice.
Su nueva obra es tanto una novela histórica, como de aventuras. El protagonista Charles es un hombre que descubre otro tipo de vida y realiza un cambio interno que le lleva a humanizarse. Proveniente de la nobleza, su origen no importa en el nuevo mundo. Seducido por la vegetación tropical y la exótica belleza del país, decide quedarse a trabajar allí, más cuando se cruza con una mujer atractiva y cautivadora, la joven viuda Margarita Arauz, a quien llaman la Rosa Blanca. En ese pasaje, se convierte en una novela de amor y misterio, una mirada íntima al reto de reinventarse una identidad, y aceptar una segunda oportunidad.
Gioconda Belli, afrontó un gran reto al narrar la novela en primera persona del masculino. “Las mujeres somos más empáticas que los hombres, por eso me fue fácil meterme en los zapatos de un hombre”, afirma divertida. Toda la novela está basada en hechos reales. “Mi familia da mucho juego, una gran saga latina”, apunta y añade “me movió a escribir la novela, la curiosidad y la fascinación por mis propios ancestros”.
“Yo de niña tenía tres abuelas. Mi madre nació de una relación adúltera, ella creía que su padre era su hermano, no lo descrubrió hasta que por fin la contaron la verdad”, recuerda la escritora nicaragüense. Los abuelos Belli eran muy italianos, con ese nombre Gioconda no podía ser otra cosa, pero la caía mejor su abuela centroamericana. “Hasta la comida de mi tierra me sabía mejor que la italiana que hacia mi otra abuela”, reconoce con sentido del humor.
“Me gustan las novelas donde se aprenden cosas”
Gioconda Belli señala que “me gustan las novelas donde uno aprende cosas, que te van a ayudar a vivir la vida. La historia de mi ancestro, aunque sea exagerada es totalmente veraz”, apostilla. De ahí, que se ha documentado profusamente. “Me ayudó bastante el embajador francés en Managua que hizo que me diesen todo tipo de facilidades en la biblioteca nacional de Paris. Además, Internet ayuda muchísimo, encontré con relativa facilidad los planos de las ciudades donde transcurre la trama”, señala.
No quiso dejar pasar la oportunidad sin meter varios rejonazos al presidente de su país Daniel Ortega. “Toda una dictadura, donde se las ha ingeniado para proclamarse presidente vitalicio y, además, ha nombrado a su mujer vicepresidenta. No entiendo como en España Izquierda Unida apoya a un sátrapa de ese calibre. El caudillismo es el mal de los partidos de izquierda en América Latina. Las similitudes entre la Revolución Francesa y lo que ocurre en América en la actualidad son notorias”, se explaya la escritora y agrega “pese a todos estas malas perspectivas, yo soy una persona profundamente optimista y creo que se va a arreglar”.
La escritora de Managua dejó el partido sandinista al mismo tiempo que Sergio Ramírez y otros líderes de la revolución, ella continúa siendo sandinista pero no de los que defienden al dictador Ortega. “Han asesinado a 400 personas en los últimos 6 meses. Los médicos que atendieron a los manifestantes heridos han sido despedidos. Esta es la democracia de Ortega”, relata esta escritora que se siente tanto poeta como narradora. “Esta es mi novena novela y llevo ocho poemarios. Me gusta alternar la poesía con la ficción, aunque yo me siento más poeta”, concluye Gioconda Belli.
Autora del exitoso long seller “La mujer habitada”, Gioconda Belli se adentra en esta novela en la leyenda de su misteriosa abuela Graciela Zapata Choiseul de Praslin, la mujer fuerte y vital a quien visitaba en la pequeña ciudad rodeada de neblina. Siguiendo el hilo de la historia familiar, Belli engarza en una narrativa de enorme belleza el gran escándalo de la corte francesa del siglo xix y el origen de su progenie.
Gioconda Belli nació en Managua, Nicaragua. Ganadora del Premio Biblioteca Breve y el Premio Sor Juana Inés de la Cruz por su novela El infinito en la palma de la mano (Seix Barral, 2008), es también autora de la icónica novela La mujer habitada (1988; Seix Barral, 2010), que obtuvo en Alemania el Premio de los Libreros, Bibliotecarios y Editores a la Novela Política del Año y el Premio Anna Seghers de la Academia de las Artes. Otras novelas suyas son Sofía de los presagios (1990; Seix Barral, 2013), Waslala (1996; Seix Barral, 2006), El pergamino de la seducción (Seix Barral, 2005), El país de las mujeres (Premio La Otra Orilla 2010) y El intenso calor de la luna (Seix Barral, 2014). También ha publicado El país bajo mi piel (2001), sus memorias durante el periodo sandinista. Su obra poética ha recibido el Premio Mariano Fiallos Gil en Nicaragua, el Casa de América en Cuba, y el Premio Generación del 27 y Ciudad de Melilla en España. En 2011 Seix Barral publicó la antología poética Escándalo de miel. Francia le otorgó el título de Chevalier de las Artes y las Letras, y ha recibido el Premio Hermann Kesten 2018. Es presidenta del PEN, Nicaragua. Su obra está traducida a más de veinte idiomas.
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