Nelson Dyer reside en Nueva York donde trabaja de cajero en un banco. Hastiado de la irrelevancia de su vida, se traslada a Tánger en busca de un cambio radical y acepta un empleo en una agencia de viajes regentada por un viejo conocido suyo, Jack Wilcox. Pero, de hecho, lo que le interesa es sumergirse en los bajos fondos de la ciudad: sus bares y burdeles; sus salas de cine porno; sus aristócratas y sus prostitutas; y en turbias transacciones financieras.
Determinado a conseguir que algo ocurra en su nueva vida, se ve arrastrado por una serie de acontecimientos cada vez más siniestros de los que parece imposible escapar. Esta magistral narración de un descenso a los infiernos es para muchos la mejor novela de Paul Bowles.
Paul Bowles es uno de los escritores más polifacéticos que dio el siglo XX. Nacido en Nueva York en 1910, cultivó la novela, el relato, la poesía, la literatura de viajes y la traducción. Pero también fue músico, formado por Aaron Copland, que compuso óperas, sonatas, musicales, piezas para ballet, bandas sonoras de película... Viajero incansable, recorrió Iberoamérica y Europa antes de establecer su residencia en Tánger, en 1947, junto a su mujer, la también escritora Jane Bowles. Por allí pasaron lo más granado de la narrativa de la época: Tennessee Williams, Truman Capote, Allen Ginsberg, Jack Kerouac, William Burroughs, Gore Vidal..., entre otros.
Su primera novela, El cielo protector, publicada dos años después, se convirtió en un éxito literario que le proyectó internacionalmente como escritor. Fue llevada al cine por Bernardo Bertolucci, en 1990. Entre otras actividades, Bowles realizó una importante recopilación de cuentos de la tradición oral marroquí de la que Puntos en el tiempo es en cierta forma resultado de la misma. Bowles murió en Tánger, en 1999.
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