Desde que consiguió el Premio Nadal con “El camino de los ingleses”, la literatura de Antonio Soler no ha dejado de crecer. Cada novela es un golpe a las estructuras de la literatura. El autor ha hecho de la experimentación del lenguaje su forma de expresarse, buscando giros nuevos y fusionando estilos. “Escribir tiene que ser conquistar territorios nuevos y arriesgarse”, afirma tajante en la entrevista que mantuvimos a raíz de la publicación de su nueva novela. Y a fe que “Sur” es un claro ejemplo de lo que dice. “Sé que Sur es un proyecto arriesgado, técnicamente muy complicado porque llevar tantos personajes adelante requiere astucia para que el lector no se pierda por el camino”, explica con su ligero acento malagueño. Decir que es una novela coral, sería quedarse a medio camino, “Sur” es bastante más osado que novelas como “La colmena” y con una maestría similar. “Todo un reto y un desafío enfrentarse con tal cantidad de personajes,he creído oportuno incluir un censo en el libro que sirva de guía al lector”, puntualiza. Algo que ya hizo Vasili Grossman en “Vida y destino”, una de las obras cumbres del siglo pasado.
La nueva novela de Antonio Soler es el canto a una ciudad. “Quería escribir la historia de una ciudad actual al estilo del libro “El diablo cojuelo”, que abría los tejados de las casas para ver lo que ocurría en su interior. Al recorrer diferentes y dispares barrios de la ciudad, me ha obligado a utilizar diferentes matices en el lenguaje. He utilizado todos los recursos que me ha sido posible y que he ido recogiendo en mis paseos por la ciudad. La literatura no es sólo imágenes, también es oído”, especifica y añade “todo me interesa siempre que tenga un plus de literario”. “Sur” es un gran fresco de una ciudad cualquiera del sur peninsular que tenga mar. Es también un friso sobre diferentes culturas que viven en una misma ciudad y es, también, una especia de parodia del género negro. “Estando en Dublín y viendo la placas de metal con referencias al Ulises de James Joyce, se me ocurrió la idea de la novela, además, una amiga me contó una historia justo la que da pie a la misma. Quería que la literatura formase para de la ciudad”, señala el autor de “Una historia violenta”, novela con la que recaló en la editorial Galaxia Gutenberg, donde parece sentirse como en su casa, y que guarda ciertas concomitancias con su nueva obra. Y remacha “la ciudad es el personaje central de la novela, la protagonista absoluta”. “Una novela sin conflicto sería una especie de epifanía”A Antonio Soler le interesa tanto los procesos creativos como la peripecia de una historia. “Una novela sin conflicto sería una especie de epifanía, algo muy empalagoso. Además, hay que experimentar con el lenguaje lo que hace que el texto esté vivo. Hay que inventar metáforas, imágenes, etc.”, señala el escritor malagueño. Por eso, ha escrito la novela huyendo de los tópicos más conocidos de la ciudad. “He dejado el centro histórico, que además es muy pequeño y me he centrado en los extrarradios, tanto donde viven los potentados de la ciudad como los desheredados de nuestra tierra”, añade con convicción. “Si trato a la ciudad como un personaje es porque me parece que vivimos en una época de máximo individualismo y creo que todos formamos parte de un organismo común”, expone con precisión de cirujano. Por su novela, discurren todo tipo de personajes que viven en esa ciudad que tan bien describe. “Hay personajes que tienen trastornos mentales, otros que son autodestructivos pero también describo a personajes optimistas, que todavía guardan sueños en su mente y que dejan atrás los temores”, enumera el escritor ganador del Premio de Narrativa Alcobendas Juan Goytisolo.
Esos personajes felices puede parecer que tienen poco que contar, pero Antonio Soler les saca mucho partido aunque “la felicidad tiene poco que contar. Los cuentos se acaban con aquello de y fueron felices…”, recuerda con ironía y agrega “muchos escritores empiezan a escribir porque tienen carencias personales, otros quieren contar historias pero a mí éstos no me dicen nada. Me gusta que los escritores me descubran algo, que descorran el velo y tengan un compromiso con la literatura”, concreta el autor de "Sur". Antonio Soler reconoce que es su novela más compleja y ambiciosa. “Después de escribir trece novelas y llevar décadas escribiendo, ahora tengo más recursos y me sentía con fuerzas para intentar escribir sobre esta idea de colectividad que narra "Sur". La novela es un gran juego, un gran puzzle donde todo tenía que encajar a la perfección para que la trama no quedase coja”, apunta. Algo parecido a lo que José Luis Garci hizo en su película Tiovivo c. 1950, en otro tiempo y lugar. Para terminar, el escritor malagueño nos deja una profunda reflexión. “Cuando se intenta racionalizar, algo,se pierde por el camino”, concluye. Su literatura nos revuelve las tripas y nos hace pensar. Dos condiciones que toda buena obra debe cumplir. “Sur” lo hace de sobra.
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