Federico Axat describe con maestría la vida en Carnival Falls, una población de 20.000 habitantes situada en el centro de Nueva Inglaterra, en Estados Unidos.
Las desapariciones de personas en confusos episodios se suceden año tras año en Carnival Falls. Pero donde algunos ven tragedias sin conexión, otros aseguran que existe un patrón común, y que detrás de ellas hay algo más oscuro que simples accidentes.
En 1985, Sam y Billy tienen doce años y se preparan para lo que suponen será un verano grandioso: excursiones por el bosque, largos paseos en bicicleta y la postergada construcción de la casa del árbol. Sin embargo, la llegada a la ciudad de una niña de clase alta llamada Miranda, cuya belleza no les dejará indiferentes, lo trastocará todo. Juntos transitarán ese intrincado paso de la niñez a la adolescencia, un camino de aprendizaje y revelaciones, y se embarcarán, casi sin proponérselo, en una aventura que podría llevarlos a conocer la verdad detrás de las desapariciones.
Un pacto de amistad los guiará en un verano imborrable, un tiempo de metamorfosis que marcará el inicio de muchas cosas, y también el final de su infancia.
Secretos. Miranda tiene fascinados a Sam y Billy: es guapa, dulce y vive en una mansión digna del Gran Gatsby donde se oculta un misterio que aguarda a ser descubierto. Los secretos abundan en esta novela de intensas intrigas: ¿Por qué Orson, el niño matón de la granja de acogida, odia tanto a Sam? ¿Por qué nunca apareció el cadáver de la madre de Sam? ¿Será cierto, como asegura Philip Banks, un experto del fenómeno ovni, que se han avistado extraterrestres en el pueblo? ¿Qué terrible secreto oculta el padre de Miranda? Las intrigas se van sucediendo en El pantano de las mariposas, una novela deliciosa que te atrapa desde la primera página.
La trama. Christina Jackson viaja en coche con su bebé de un año en el asiento de atrás. Se distrae un momento, el susto pasa, pero, de repente, un fogonazo, golpes, y luego el silencio. Sam Jackson, aquel bebé, sueña a menudo con esa escena, y cree recordar que alguien sacó a su madre del amasijo de hierros, pero los sueños se mezclan con los recuerdos y tiene dudas.
Desde el accidente, once años atrás, Sam reside en Carnival Falls, en una casa de acogida, la granja de los Carroll, junto a otros quince huérfanos. En el verano de 1985 Sam vive, junto a Billy, su amigo del alma, peligros y acontecimientos inesperados. Años después, Sam recuerda con nostalgia aquel verano que marcaría el resto de su vida, cuando desapareció "ese velo mágico que hacía que pudiéramos decirnos casi cualquier cosa, mirarnos a los ojos y abrir nuestros corazones; dejamos la niñez atrás como la piel de una serpiente, y la pubertad nos arrebató la frescura de la verdad".
Amor a primera vista. Los cambios comienzan con el regreso al pueblo de Preston Matheson, el millonario que más de diez años atrás abandonó el pueblo de forma precipitada para no regresar ni siquiera cuando fallecieron sus padres.
Los Matheson vienen con su hija Miranda, una preciosidad de la que Sam se enamora a primera vista. Su verano transcurre rodeado por sus compañeros de la granja, entre los que está el odioso Orson, un matón que le hace la vida imposible, sus andanzas por el bosque con Billy, y sus jornadas de lectura para el anciano Joseph Meyer, que padece alzheimer.
Ese último verano de la infancia que empezó como todos los anteriores, se convierte en un momento crucial de la vida de Sam: se enamora por primera vez y empieza a dudar de que su madre esté muerta. Sus dudas se acentúan con las teorías que sostiene Philip Banks, un experto en el fenómeno ovni que reside en Carnival Falls y que asegura que tiene pruebas fehacientes de la presencia de extraterrestres: está convencido de que ellos se llevaron su mujer, desaparecida hace años, y también a Christina Jackson.
Sam, Billy y Miranda emprenderán una investigación que les hará descubrir cosas que ni siquiera buscaban: el señor Matheson guarda un secreto que afecta directamente a Sam. La búsqueda les llevará incluso a verse envueltos en un caso de asesinato. La tensión, los peligros, la intriga, se suceden en una historia en la que no faltan los sobresaltos.
"Pocas veces en mi vida experimenté tanto miedo como en ese momento, en aquel ático enorme lleno de monstruos cubiertos con mantas polvorientas. Me aferré los codos con las manos. Sentía un frío intenso, y entonces, en algún momento, me desmayé", recuerda Sam.
Sus recuerdos llenan las páginas de El pantano de las mariposas, donde Federico Axat expone con una fluidez deliciosa por qué Sam necesita evocar aquel verano que marcó su vida: "Cuando consigues aquello que anhelas, de vez en cuando necesitas mirar atrás, sentirte vulnerable otra vez".
Federico Axat mira atrás, a través de los ojos de Sam, y sorprende al lector con una traca final que le dejará asombrado.
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