El libro del tertuliano de moda en la televisiva Al rojo vivo de La Sexta, dechado de la más rancia ortodoxia y dogmatismo, -como La Brújula de la Economía de Onda Cero, dechado, precisamente, de todo lo contrario-, es un intento de entender la crisis económica que padecemos y un intento de cómo podríamos salir de esta crisis, de ahí el acertado y acerado título. Es curioso que en distintas ramas de una misma empresa se den programas tan innovadores como éste y tan reaccionarios como aquel.
"Yo lo que quiero es influir en la economía española y, por supuesto, vender mi libro", afirma tajante y seguro el economista observador y añade igual de rotundo "mi libro es un GPS para cualquier lector". Ahora bien, para que funcione tiene que estar actualizado al día y me temo que un libro no tiene esa facultad. Sí su blog, por lo cual creo que ambos se compaginan a la perfección. El libro, para mí es la hoja de ruta y el blog del economista observador es el GPS.
"El libro tiene claramente vocación divulgativa", señala la editora Virginia Fernández que con su lápiz rojo le ha ido corrigiendo todo lo que no se entendía. Ya sabemos que los economistas sólo se entienden entre ellos y que para trasladar, bonita palabra que utilizan tanto los economistas como los políticos y que yo no sé nunca si se refieren a una mudanza, sus conocimientos a los lectores tienen que simplificar multitud de conceptos.
"Estoy encantado con la editorial, pues me han tratado como a un escritor de toda la vida", se sincera ante la audiencia de periodistas que han acudido a la presentación del mismo, aunque ya lleva una semana explicando por las radios sus recetas contra la morosidad de las hipotecas, la cual es la más certera de las que se han propuesto a mi modo de ver. "Es el momento de sacar un libro de este tipo, ya que estamos ante una crisis muy grave y no se está atajando como se debía", afirma con toda la razón. "En definitiva, es un libro para enfrentarse con la realidad", dice.
Realidad que en otros países, como en Estados Unidos, un buen plan económico supuso que en nueve meses se saliese de la crisis. Algo parecido a lo ocurrido en Argentina en 2001. Sin embargo, aquí, nos ponemos de perfil y no se están atajando realmente las causas de la crisis. A eso hay que añadir que países como Alemania, o más bien su canciller Angela Merkel, no están ayudando nada, ya que están pensando en las elecciones de septiembre, donde los jubilados teutones tienen la llave de la continuación en el poder de esta diplodocus política.
El libro le llevó a José Carlos Díez nueve meses de trabajo, todo un embarazo, y como todo hijo, viene con un pan bajo el brazo. En esta ocasión con ventas en abundancia, lo cual da una independencia que le lleva a decir que "España, para las grandes empresas, es un paraíso fiscal, ya que cotizan menos de un 15% y llevan más de diez años destruyendo empleo", afirma. A eso añadimos que el dinero que ha inyectado el Banco Central Europeo (BCE) se lo está llevando la regularización de la banca en vez de llegar a las PYMES. (Pequeñas y medianas empresas).
¡Si hace seis años que comenzó la crisis y nos enteramos hace dos! En España hay un grave desfase con la información. ¿Culpables? Los medios de comunicación, los políticos y los economistas. Pero también la banca, que mantiene un elevado endeudamiento con el exterior. Bancos como el de Santander han crecido gracias al endeudamiento y a los favores del poder, claro está, solo hay que recordar la sintonía entre Rodríguez Zapatero y Botín, curioso apellido para un banquero.
Todo esto es debido a la crisis fiscal que padecemos. "La intervención fue muy lenta en tiempos de Zapatero", señala, pero no solo fue lenta, además fue errática y equivocada. Hasta tal punto que la deuda pública subió hasta el 90%. Ningún país puede soportar una tasa tan elevada y si no, hagan la prueba en su casa y verán qué le ocurre a su economía doméstica. "Al fin y al cabo, la economía la inventó un monje en el siglo XIII", recuerda.
Seguimos viviendo las consecuencias de la burbuja inmobiliaria. Ese pinchazo está dejando no solo más paro, sino también que el dinero fluya menos, lo que supone que otros negocios también se están resintiendo. "Adelgazar el gasto público es fundamental para la economía del país y eliminar duplicidades en la gestión de los recursos y servicios", sugiere efusivamente. Sin embargo, la solución que están planteando, privatizar la Sanidad y la Educación es otro error de proporciones planetarias, "en Estados Unidos se privatizó la Sanidad y muchos millones de pacientes ya no tuvieron acceso a la misma. Si se privatiza la Educación, sólo se podrán educar los hijos de las clases pudientes", desvela con toda intención y acierto. Y más si esas privatizaciones recaen sobre amigos o familiares de los políticos que las conceden como estamos leyendo en los pocos medios de comunicación independientes.
Otra de las críticas que hace atinadamente es referente al déficit de la Seguridad Social. "No hay dinero en la caja para pagar pensiones y lo tenía que haber dicho Rajoy y haber congelado las pensiones", apunta. Sin embargo, sabe el presidente del gobierno que su granero de votos está precisamente en ese colectivo y si quiere seguir gobernando tiene que tener su apoyo.
"He hecho mi libro para las personas", enfatiza. Para que sepan a qué se enfrentan. Y se nota que le gusta lo que hace; confiesa en voz baja que haría el trabajo gratis porque le gusta su trabajo. Eso lo transmite en el libro, ya que es de fácil lectura, valiente, arriesgado y un tanto ácido. Cualidades que hacen un bonito cóctel, por supuesto de color verde flúor, como el color de aquellos añorados billetes de 1000 pesetas, que como decía la canción: "billetes, billetitos verdes, pero qué bonitos son". El libro ha quedado bonito y como él dice es "un libro de promesas basadas en el rigor". Un rigor que tendrá que pasar por el sentido común de nuestros dirigentes, pero eso es otra historia que probablemente no vean nuestros ojos.
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