La autora de "Sacerdotas" ha escritor varios ensayos, casi todos relacionados con el mundo femenino. Militante de este movimiento está empeñada en dar a conocer facetas ocultas sobre la mujer que no han tenido apenas difusión. En esta ocasión escribe sobre las mujeres y su relación con la religión. Casi todas han apartado a las mujeres de los centros de poder. Ya va siendo hora que esto cambia. En la entrevista, nos desvela algunos de los secretos de su interesantísimo libro.
Felicidades por el título. El índice es brillante y el libro profundo y atrevido. La palabra "sacerdota" ¿existía antes de usarla usted?
Es, primeramente, una provocación que quiere suscitar automáticamente una reflexión: ¿existen en el siglo XXI mujeres que ejercen el sacerdocio en la iglesia católica? Hay todo un capítulo dedicado a este tema en el ensayo: piense que hace no tanto tiempo tampoco existían vocablos como jueza o médica o bombera u obispa; y la aparición de mujeres en las diferentes profesiones ha hecho que las palabras para designarlas se feminicen, lógicamente. Y así para muchas y significativas académicas y lingüistas y antropólogas y periodistas y demás profesionales disidentes que cuestionan el uso sexista de la lengua española (en todo el mundo), sacerdota es el nombre del sacerdote de género femenino; Simplemente: es una mujer que ejerce el sacerdocio. O sea: una mujer cura o presbítera, como muchas prefieren denominarse, esto en el contexto católico. Que sean ellas las que decidan como quieren llamarse. En segundo lugar, yo lo utilizo en el título como término que engloba a las diferentes mujeres oficiantes de todas las religiones, en contraposición al término sacerdotisa, definición que solo tiene vigencia para la antigüedad, es decir, como mujer o muchacha consagrada y dedicada al culto de una divinidad. Y en las otras religiones: rabinas, imanas, santeras, obispas, pastoras, chamanas, etc….
¿Qué podría haber supuesto una corte de apóstoles compuesta por hombres y mujeres en la religión cristiana?
Es que la hubo pero la versión de la historia del cristianismo primitivo que ha dominado la cultura contemporánea (lo que la catedrática de Historia del Cristianismo Primitivo en Harvard Karen King llama “relato dominante”) es un relato incompleto y sesgado donde los roles de las mujeres están ocultados y/u omitidos. Así, Jesús (varón) elige discípulos que trasmiten la tradición a los obispos también varones. Pero ya sabemos hoy que esa no fue la única realidad. Precisamente respecto de la mujer, Yeshua-Iesous-Jesús no se atuvo a los usos de su entorno cultural judío. Y después en los primeros siglos de la historia cristiana hay que repetir, proactivamente y sin descanso, que las mujeres desempeñaron papeles destacados como apóstoles, maestras, predicadores, profetisas, presbíteras, y regentes de las comunidades o ecclesias. Además de formar parte de los seguidores habituales del rabí las mujeres le ayudaron, le apoyaron y fueron apóstoles de su mensaje: Maryam la de Magdala, Miriam/Maryam de Nazaret (su madre María), su hermana Maryam, las hermanas Marta y Maryam de Betania (las de Lázaro), Miriam la de Cleofás, La madre de los Zebedeos, Febe la diaconisa, Juana y Susana, Salomé, Junia, Juana, Trifonia, Pérside, Trifosia, Julia… y muchas más. Todas discípulas activas que compartieron con él, unas sus años de predicación, otras su juicio, su condena, su muerte y su resurrección, y otras extendieron sus enseñanzas posteriormente.
Afirma que existen mujeres curas y obispas católicas en diferentes países……
Es que existen y ejercen, como oficiantes y como autoridades religiosas, no olvidemos que sólo el entorno europeo es cristiano: hay católicas a las que su llamada profunda del Espíritu les ha ayudado a afrontar las prohibiciones legales del Vaticano, y a las que su deseo de administrar los sacramentos sin cortapisas les importa mucho más que las críticas que reciben. Ellas viven ya en otro paradigma cristiano ejerciendo sus funciones de cura y apostolado junto a sus comunidades. En este sentido, son similares a las primeras sufragistas, a mujeres que se atrevieron a romper las reglas establecidas y por ello fueron denostadas y castigadas en su empeño, y el devenir histórico les daría posteriormente la razón… Existe la Asociación de Mujeres Sacerdotes Católicas Romanas (ARCWP son sus siglas en inglés), el colectivo que promueve la igualdad de derechos de hombres y mujeres dentro de la Iglesia Católica, a quienes obviamente el Vaticano no reconoce ¡pero bien sabe que existen¡ También hablo de la WOC (Conferencia para la Ordenación de Mujeres), la asociación nacional más antigua y extensa que trabaja para ordenar mujeres como sacerdotas, diaconisas y obispas dentro de una Iglesia católica inclusiva y responsable. Fundada en 1975 en USA, representa al 70% de católicos estadounidenses que apoya la ordenación de mujeres. Con proactividad manifiesta enseguida había conseguido un gran impulso cuando en 1978 varias de sus activistas irrumpieron en una conferencia de obispos en Washington reclamando la igualdad de derechos de las mujeres en la Iglesia católica. Desde entonces la WOC ha protagonizado múltiples acciones reivindicativas y ha conseguido tejer una amplia red de apoyo en todo el mundo. Otra es la WOW (Women’s Ordination in the World), fundada en 1996 que es la red de organizaciones ecuménicas para la ordenación de mujeres católicas en el mundo. A ella pertenecen asociaciones de países tan diversos como Australia, Austria, Canadá, Francia, Alemania, Gran Bretaña, India, Irlanda, Portugal, USA, Bangladesh o Polonia. La asociación fue la que organizó en 2016 el Jubileo de Mujeres Sacerdotes en Roma, con su correspondiente manifestación paralela para reivindicar ante el Vaticano la ordenación de mujeres y gran ruido mediático….Ellas , las curas católicas ordenadas, hacen lo que es justo sin esperar a que lo apruebe el Papa.
En España, en A Coruña, hay una mujer cura católica que ha salido en diversos medios de comunicación…
Si, tenemos ese honor: es Christina Moreira, de la ARCWP, teóloga además, quien me explicó que ellas no están de acuerdo con el canon 1024 del derecho canónico que establece que sólo un varón puede ser ordenado sacerdote ya que la Biblia no dice eso por ninguna parte. Es una mujer muy valiente que trabaja en la inclusividad según la propuesta de Jesús de Nazaret. En ese espíritu dedica su vida al servicio de sus comunidades. Son tiempos nuevos….la Iglesia necesita sin duda un lavado de cara…yo creo que ellas son su futuro…
¿Que pecados institucionales habrían sido improbables en la iglesia con mujeres en el staff? Como hombre me duele enormemente que la pederastia haya atravesado la iglesia católica. ¿Esto habría ocurrido con un clero también femenino?
Me remito al capítulo VIII....contestando a su pregunta opino que los abusos sexuales no hubieran existido…ni el genocidio de las brujas ni la quema de herejes... En general, esa falocracia religiosa tan patriarcal y opresiva para las mujeres…Y quizás menos guerras en nombre de la religión.
¿Qué diferencias éticas y estéticas marcan la presencia de mujeres en cargos sacerdotales en distintas religiones..?
En el catolicismo (en otras ramas cristianas sí existen) una equidad más proporcional al género humano, más justa, indudablemente, yo diría que aplican el mensaje igualitario de Jesús. En la religión musulmana, por ejemplo Sherin Khankan, la primera mujer imán de Dinamarca, socióloga especializada en el Islam y máster en sociología de las religiones y filosofía de la Universidad de Copenhague, busca sobre todo difundir los valores islámicos progresistas, incluido el feminismo islámico, que supone también una vuelta a las raíces. Otras imanas también contestan las interpretaciones patriarcales del Islam, demostrando que es posible practicarlo y al mismo tiempo ser miembro de una sociedad democrática. La imana Sherin Khankan celebra matrimonios entre personas de distintas confesiones y sus contratos matrimoniales prohíben la poligamia y la violencia conyugal y reconocen el derecho de las mujeres al divorcio. Opino que las mujeres oficiantes, o las mujeres como autoridades religiosas (la Primada de la iglesia sueca y la obispa de Londres son mujeres) tienen más en cuenta el lado femenino de la divinidad, ergo la igualdad entre los géneros masculino y femenino está más presente. Y el que las mujeres ocupen cargos sacerdotales puede tener connotaciones políticas, como por ejemplo, traer un recambio del orden simbólico hacia una sociedad más igualitaria y más gozosa y más sabia, y más justa y más ecológica, más a la medida de lo humano. Estoy convencida que la irrupción de las mujeres en las estructuras de poder y en las jerarquías eclesiásticas y en la dirección de los rituales en los templos, sinagogas, iglesias y mezquitas es la última posibilidad de resucitar unas religiones infinitamente más ricas y apasionantes, más novedosas, mas lúdicas y misteriosas. Las mujeres poseen en el ámbito de lo mágico-simbólico una energía totalizadora que no totalitaria, es decir, incluyente.
En los primeros siglos de la historia cristiana las mujeres desempeñaron papeles destacados como apóstoles, maestras, predicadores, profetisas, presbíteras, y regentes de las comunidades o ecclesias
¿Existe una religión en la que, según usted, la mujer esté institucionalmente aceptada en igualdad de condiciones?
En el judaísmo (excepto el fundamentalista que no las admite) no hay diferencia entre rabinas y rabinos. Pero en general, las religiones son el templo de la no-paridad…
Después de su concienzuda investigación ¿qué figura histórica se aproxima más a la ‘sacerdota’ o mujer oficiante ideal?
Ufff…..complicada la respuesta…. creo que la perfección no existe en el género humano pero entre las más significativas nombraría: en la antigüedad a Enheduanna (2285-2250 a.e.c.), hija del emperador de Acadia Sargón I el Grande, el caso más lejano que está documentado. En el entorno cristiano a María, la madre de Jesús el galileo. En el judaísmo a la primera rabina contemporánea, la alemana Regina Jonás, quien en 1944 a los 42 años fue asesinada en Auschwitz, donde había sido deportada.
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