"Robert, el protagonista, se enfrenta a la historia y, en cierto modo, la vence", así de contundente se muestra Diego Doncel para presentar su novela galardonada. La historia está inscrita en la Segunda Guerra Mundial, aunque no aparece realmente la guerra en ningún momento.
El relato comienza en 1938. El régimen nazi, aunque parezca mentira, hacía aguas por todos lados, la crisis económica había convertido a Alemania en un país en bancarrota. Hitler, en su huida hacia delante, pergeña dos saqueos infames. El primero, el robo de todos los bienes de los judíos y, el segundo, la expansión territorial, hacia los Sudetes y hacia Austria.
Robert no está de acuerdo con estos procedimientos, él es un científico, pero para el régimen nazi esto sólo no vale, -no basta con ser científico, tienes que ser también un soldado del Reich- le dice uno de los jerarcas nazis. Ante esto, a Robert no le queda más remedio que huir en compañía de su amada Marie, primera bailarina del Ballet de la Ópera de París, a Nador.
En esa ciudad marroquí comienza un exilio que combina amor y espionajes, crueldad, férreos ideales y heroísmos admirables. "Sólo los exiliados alemanes saben quién es realmente Alemania y la temen", explica en novelista ganador del premio Café Gijón. Los dos protagonistas son dos seres que intentan defender su amor a toda costa y para ello intentan ser invisibles, desaparecer, porque Robert está decepcionado con todo el mundo, se siente culpable de haber arrasado Europa sin haber participado realmente.
"Mi novela es una obra que busca lectores, pero no sin más. Lo importante de la literatura es buscar una nueva identidad que dignifique al hombre frente al consumismo voraz", señala Diego Doncel ante los medios. Añora la literatura de los años sesenta y cree que "era ética y realmente concienciada, lo cual en estos momentos se ha perdido. Parece más importante vender libros que concienciar a las personas".
El escritor, nacido en la población cacereña de Malpartida, cerca de Portugal, es un enamorado de las nuevas tecnologías para usarlas como elemento literario, "cada vez más, van a estar presentes en la nueva literatura; en mi novela utilizo una sucesión de pantallas cinematográficas de tipo conceptual", explica.
Pero lo realmente importante de su novela es la culpa. "Mi protagonista dejó de ser todo, incluso alemán y no olvidó. Él estaba dentro del aparato nazi, convivió con esa culpa toda su vida porque creía que había que pagarlo de alguna forma", apunta sobre su protagonista. Robert no podía olvidar cómo optaron muchas personas, hasta los norteamericanos perdonaron a muchos científicos nazis para que continuaran su labor en su país.
"El jurado del premio estuvo entusiasmado desde el primer momento con la novela, comentó la editora Ofelia Grande. Y miembros del jurado como Mercedes Monmany o Antonio Colinas mostraron su aprecio por el escritor. La obra no es una novela de espías sin más, ya que se ponen en juego muchos valores y el tema de la culpa es tratado de modo individual y colectivo donde un hombre con conciencia no puede soportar lo que un dictador ha hecho a un pueblo y a una nación.
Diego Doncel (Malpartida, Cáceres, 1964), poeta y novelista, ha dado conferencias y cursos en universidades españolas, trabajado en la docencia y en el ámbito de la gestión cultural y ha colaborado con distintos suplementos literarios.
Ha publicado los libros de poesía El único umbral (1991, Premio Adonais 1990), Una sombra que pasa (1996), En ningún paraíso (2005, Premio Gil de Biedma) y Porno ficción (2010, Premio Ciudad de Burgos) y las novelas El ángulo de los secretos femeninos y Mujeres que dicen adiós con la mano.
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