Ya en Berlín, segundo capítulo, se adivina que no se trata sólo de una historia de amor. Sino de dos. Porque el encuentro en Venecia entre Benavides y Cremades propiciará que el primero recuerde su propio enamoramiento, el que vivió con una intérprete siria de ascendencia peruana llamada Dinorah Manssur. Una historia de amor, un asunto sentimental si se prefiere, que comenzó en Damasco, se consolidó en Estambul y finalizó en Nueva York y que ahora, más de dos años después, es devuelto a la memoria del autor, conmovido por el relato de su amigo Cremades.
El tercer capítulo, Damasco, rememora el amor que surgió entre Jorge y Dinorah, y a partir de ahí, en cada capítulo, en cada ciudad, las historias de estos dos hombres convivirán, se mezclarán y confundirán hasta el punto de no saber qué hay de verdad o qué han inventado ambos, escritores los dos -uno, Cremades, el personaje, acaba de publicar un libro basado en una historia de amor que se ha convertido en éxito de ventas; el otro, Benavides, el autor, parece que estuviera escribiendo Un asunto sentimental a medida que el lector lee-, sobre algo tan universal como es el sentimiento del amor.
Pero el amor no es protagonista absoluto de esta novela. O al menos no el amor entre un hombre y una mujer. Porque Un asunto sentimental describe también la íntima relación que su autor mantiene con varias de las ciudades del mundo que mejor conoce -doce, concretamente, repartidas en tres continentes-, convirtiendo la obra en un apasionado y deslumbrante viaje literario por hermosos rincones de Damasco, Estambul, París, Madrid, Cusco, Venecia, Berlín, Barcelona, Tenerife, Lima, Nueva York y Ginebra. Y por ello, Benavides no escatima en extensas y minuciosas descripciones de estas ciudades y sus rincones, transportando al lector a otros lugares, otros mundos, en este insólito, bello e inesperado viaje al que nos invita a medida que avanzamos en las páginas de su novela.
Por si fuera poco el juego metaliterario que nos propone Jorge Eduardo Benavides al relatar las historias paralelas que viven su personaje -¿una historia inventada, como el propio Albert Cremades?- y él mismo -¿una historia real?-, en distintas ciudades y distintos momentos; ciudades y momentos que se entremezclan y se funden y dan saltos en el tiempo narrativo como las propias historias. Un asunto sentimental se mueve entre realidad y ficción hasta el punto de que la novela está salpicada por numerosos "cameos" de personas reales -reconvertidas en personajes de la novela- que pertenecen al mundo literario, periodístico y editorial en lengua castellana de los últimos años. Nombres conocidos por todos como Javier Reverte, Enrique Vila-Matas, Fernando Royuela, Juan Gabriel Vásquez, Mercedes Monmany, Juan Cruz, Fernando Ampuero, Iván Thays, Alonso Cueto o Carlos Franz son sólo una pequeña muestra de la cantidad de amigos y conocidos del autor que transitan por las páginas de la novela, convirtiéndola también en un pormenorizado retrato de la vida literaria española y latinoamericana del momento.
Aún el libro nos depara una sorpresa más, porque Un asunto sentimental también es una novela dentro de otra novela. Y entre la novela que acaba de publicar el personaje Cremades en la ficción -la revelación del año- y la que escribe el autor Benavides -ésta que ahora publica Alfaguara en España- se van tejiendo hilos tan invisibles como poderosos que juegan, una vez más, a confundir realidad y ficción hasta conceder a la literatura "un carácter subversivo y profundo que deja al lector con la terrosa sensación de no saber qué es verdad y qué es ficción, aunque la disyuntiva, claro, no es cierta: es sólo un juego", en palabras de su autor. Otra vuelta de tuerca del escritor de la que no sólo sale indemne sino fortalecido, regalando al lector un sorprendente e insospechado final.
Un asunto sentimental es, en definitiva, una historia de amor en la que todo se confunde; un libro de viajes a través del cual casi se puede sentir en la piel el aire de los lugares que se describen; una crónica de la sociedad literaria española y latinoamericana; una danza entre lo real y lo inventado, en donde ambos conceptos se fusionan y confunden hasta el punto de que el lector no sabe muy bien en qué lado está; y una novela donde la realidad aparece siempre en el relato "contaminada de ficción", como se afirma en la última página de esta obra en la que personaje y autor viajan de ciudad en ciudad con el único propósito de encontrar a su gran amor, que no es otro que, como ya ha dicho Armas Marcelo, la literatura.
Jorge Eduardo Benavides (Arequipa, Perú, 1964) estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Garcilaso de la Vega, en Lima, donde trabajó dictando talleres de literatura, y posteriormente como periodista radiofónico. Desde 1991 hasta el 2002 vivió en Tenerife, donde fundó y dirigió el taller de narrativa Entrelíneas. Ha colaborado con prestigiosas revistas literarias como Renacimiento y los suplementos culturales Babelia, de El País, y Caballo Verde, de La Razón, así como con diversos medios de su país. En Alfaguara ha publicado las novelas Los años inútiles (2002), El año que rompí contigo (2003), Un millón de soles (2008), y el libro de cuentos La noche de Morgana (2005). En 1989 publicó su primero libro Cuentario y otros relatos. En 1988 recibió el Premio de Cuentos José María Arguedas de la Federación Peruana de Escritores y ha sido Premio Nuevo Talento FNAC en 2003.
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