Durante décadas los "sabuesos literarios han hallado numerosos pecados periodísticos" en el texto, y ahora nuevos documentos del Kansas Bureau of Investigation, que colaboró con Capote y siempre defendió la obra del autor, vuelven a poner en entredicho su veracidad. Dichos documentos aparecidos, también cuestionan, por tanto, la reputación de Alvin Dewey Jr., el detective que ayudó al escritor, y del propio Truman Capote.
Según narra Capote en el libro, en cuanto un informador desveló el nombre de los asesinos, el Kansas Bureau of Investigation envió un agente a la casa en la que uno de los sospechosos había vivido con sus padres, pero al parecer no fue así. La policía tardó cinco días en visitar la vivienda, según se desprende de los documentos que un agente del KBI guardó en su casa durante años. Las últimas revelaciones resultan especialmente dañinas porque socavan una de las principales defensas del libro: que el KBI consideraba que era veraz.
A sangre fría es actualmente considerada una de las novelas de referencia en el género literario-periodístico, habiéndose llevado incluso al cine. Sin embargo, 47 años más tarde siguen surgiendo las dudas en torno a su veracidad.
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