La intención del libro es orientar al lector sobre los medios que tiene a su disposición para aumentar su seguridad en el uso del léxico. El autor indica que la lengua "no es una enemiga a la que debamos combatir por sus normas extrañas, sino un entrañable instrumento que hemos de tratar de manejar cada vez mejor a lo largo de nuestra vida".
Uno de los errores que se presentan en el libro es la confusión entre numerosas palabras, como inflamación e inflación, o entre destornillarse y desternillarse. Pero el autor también habla de otros errores, como la contradicción que encierran algunas expresiones que utilizamos y las combinaciones imposibles que surgen entonces, tales como «sufrir mejoras» o «conseguir derrotas», o decir que se «acarrea felicidad», en lugar de daño, o que se «propinan aplausos», en lugar de una paliza.
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