La exposición, que se completa con talleres, conferencias y un ciclo de cine, ha sido coproducida con el MARCO de Vigo y se podrá visitar entre el 7 de febrero y el 19 de mayo
Virxilio Vieitez (Pontevedra, 1930-2008), uno de los más importantes retratistas de nuestra historia fotográfica, realizó trabajos de encargo, en especial aquellos destinados a los emigrantes gallegos que se encontraban en Argentina, México y Venezuela y que recibían así un testimonio visual de sus familiares en Galicia.
El planteamiento expositivo de la comisaria, Enrica Viganò, hace un guiño a las instalaciones de arte contemporáneo al romper el esquema tradicional de las muestras fotográficas: "quiero que el visitante experimente una sensación similar a la que hubiera sentido si caminase entre los vecinos de Soutelo de Montes", explica refiriéndose a la disposición de la obra en la sala.
Han asistido a la rueda de prensa, la responsable de Fundación Telefónica, Laura Fernández Orgaz; el director del Marco de Vigo, Iñaki Martínez Antelo; la comisaria, Enrica Viganò, y la responsable del archivo del fotógrafo e hija de Virxilio Vieitez, Keta Vieitez.
La hija del fotógrafo ha definido al proyecto como "gigantesco y costoso" y cree que ahora han reconocido que su padre era un gran fotógrafo. La obra no se ha recuperado en su totalidad. La muestra abarca los años 1957 hasta el 1979. Justo cuando el color se hace popular y Virxilio Vieitez no supo o no quiso adaptarse a las nuevas formas. "El color le destrozó. Y eso hizo que abandonase su profesión. Se sentía cansado, hastiado y cabreado", afirmó su hija Keta.
Pese a eso él se creía el mejor de los fotógrafos que conocía. Pero su sensación de fracaso existencial y la falta de reconocimiento le hicieron verse un espectador de sí mismo y le llevó a abandonar la profesión. Pese a eso, mandó a su hija a Madrid a aprender la profesión, y cerca de donde se ubica la Fundación Telefónica aprendió la profesión heredada de su padre. Gracias a eso ha podido recuperar la obra paterna que se conservaba en latas metálicas.
Dicha recuperación ha contado con la ayuda de Iñaki Martínez de Antelo, quien cree que el mayor logro de la exposición es recuperar un material donde se ve el lado más humano y festivo de un pueblo aparentemente serio y triste, "las fotos de fiestas, la fotos de la gente divirtiéndose es un material inédito que se merecía ser rescatado", señaló el director de Marco de Vigo. Para la comisaria de la exposición, la italiana Enrica Viganò, Vieitez "era un fotógrafo intuitivo, consciente de sus posibilidades que nos ha descubierto un universo propio", dijo. La comisaria recordó unas palabras del fotógrafo en las que decía, "América debe de estar llena de fotos mías", la emigración fue culpable de estas palabras.
Para Laura Fernández Orgaz, Virxilio Vieitez fue un fotógrafo de pueblo que se dedicaba a hacer retratos por encargo y que "ha trascendido gracias a sus innegable cualidades". Para montar la exposición han tardado dos años de arduos trabajos que además se ampliaran con mesas redondas con la participación de escritores como Suso del Toro, pintores como Antonio López y Gordillo y, hasta, unas piezas de micro teatro que han corrido a cargo del músico Víctor Coyote.
La exposición reúne, hasta el 19 de mayo en el Espacio Fundación Telefónica, material original del estudio del fotógrafo, vintages de la época, cámaras y objetos personales y profesionales del fotógrafo. Una parte destacada de la exposición está dedicada a las fotografías destinadas a los documentos de identidad, realizadas siempre sobre un fondo blanco, que ofrecen una representación etnográfica de gran valor a través de los rostros de las personas que, aun con su singularidad y características propias, componen el retrato de un pueblo. La exposición concluye con las primeras fotografías en color, obras que marcan el avance de una época en la cual la innovación tecnológica coincide con cambios políticos y sociales que afectan al lenguaje fotográfico.
A través de cerca de 300 imágenes de encargo -en blanco y negro y en color, muchas inéditas-, especialmente de aquellas destinadas a los emigrantes gallegos que se encontraban en Argentina, México y Venezuela y que recibían así un testimonio visual de sus familiares en Galicia, la muestra proporciona además una visión de la España rural de la década de los años 60.
El archivo, conservado por su hija Keta, guarda la totalidad de su producción y conforma un importante patrimonio cultural conservado en Soutelo de Montes (Pontevedra), el pueblo en el que Vieitez nació y en que trabajó casi toda su vida. Para esta exposición se ha llevado a cabo una investigación que ha tenido en cuenta la práctica totalidad de los negativos fechados entre 1953 y 1980 -más de 50.000- y se ha recuperado material inédito de cajas selladas y latas que contenían metros de película jamás positivados tras su primera utilización, es decir, tras el encargo del cliente de la época.
Virxilio Vieitez, fotógrafo por encargo
Virxilio Vieitez nace en Soutelo de Montes (Pontevedra) en 1930. A los 18 años viaja al Pirineo Aragonés, donde trabaja como mecánico y compra su primera cámara fotográfica. Posteriormente se traslada a Cataluña y empieza a trabajar en la localidad de Palamós como ayudante del fotógrafo Juli Pallí, con quien aprende las claves del oficio. En 1955 regresa a Galicia y abre un estudio fotográfico en su pueblo natal. Allí trabaja para clientes de la comarca de Terra de Montes y retrata a generaciones enteras de vecinos, especialmente desde principios de los sesenta, cuando se impone la obligatoriedad de incluir una fotografía en el carné de identidad. En poco tiempo se convirtió en el fotógrafo más solicitado. Vieitez continúa trabajando como fotógrafo hasta finales de los ochenta. Fallece en Soutelo de Montes, su pueblo natal, a la edad de 78 años, el 15 de julio de 2008.
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