El escritor vallisoletano Gustavo Martín Garzo es una amante de aquellas películas de serie B que inundaban la televisión española en blanco y negro. En una de aquellas películas, “La mujer y el monstruo”, se ha inspirado para dar una nueva vuelta de tuerca a uno de los viejos mitos más recurrentes de la literatura, la Bestia. Pero… no ha sido el único, el cineasta Guillermo del Toro también se ha basado en dicha película para rodar “La forma del agua”. “Cuando terminé mi novela a finales de verano, me enteré que la película de Guillermo del Toro se acababa de presentar en el Festival de Venecia”, dice el escritor en la presentación a los medios de comunicación de su nueva novela.
Aquellos que no crean en las sincronicidades tendrán un nuevo tema para pensar. Está claro que los mitos siguen estando en el imaginario colectivo y temas como el de La Bella y la Bestia o King Kong –una versión diferente sobre ese mismo mito- tienen un halo misterioso que atrae tanto o lectores como a espectadores cinematográficos. Gustavo Martín Garzo parte de dicho mito, pero lo desarrolla de forma diferente.
La trama de la novela es la siguiente: La joven Patricia Ayala llega a una pequeña isla situada al sur de Madagascar atraída por un trabajo muy bien pagado: atender a Rose Hansson, una anciana de salud frágil. Vive retirada en una residencia que la gente del lugar conoce como La Construcción, la residencia de la anciana, está situada junto a una laguna cuyas aguas penetran las habitaciones centrales a través de canales y piscinas. A Rose le gusta que Patricia se bañe en la laguna enfundada en un bañador blanco. Que nade hasta la torre medio derruida que se alza en el centro de las aguas. Que arroje al agua las naranjas que llenan los cestos alineados en la orilla.
Hasta que un día, Patricia ve que alguien devuelve las naranjas a sus pies. Todos los animales han enmudecido. Solo se oye un gemido, el canto dulce de alguien que conociera la infinita soledad de las criaturas. Y Patricia sucumbe al extraño mundo de Rose Hansson y al gran secreto que esconde La Construcción.
“Se puede decir que el libro es una fábula pero, también, algo más, ya que parto de elementos del mundo real para desarrollar la historia. Toda la acción está vista a los ojos de la joven Patricia Ayala que ha sido contratada para que sustituya a la persona que la ha contratado para que cuide deñ monstruo cuando fallezca la anciana”, explica el escritor con tono calmado pero apasionado.
La protagonista se siente, desde el primer momento, atraída por los extraños fenómenos que se desarrollan. “Esos fenómenos la fascinan. Algo que contiene tanta atracción como miedo pero como quiere saber, conocer y comprender dichos acontecimientos aguanta en la isla”, cuenta Gustavo Martín Garzo a un grupo de periodistas culturales. “Dicho mito me ha rondado por la cabeza durante mucho tiempo hasta que me he decidido a desarrollarlo”, confiesa.
“En la literatura lo esencial es cómo conseguir la verosimilitud con un contexto realista”, afirma el escritor y añade “la novela es muy realista hasta que aparece la criatura”. Gustavo Martín Garzo reconoce que cuando se pone a escribir no tiene muy elaborada la trama. “Nunca sé lo que me voy a encontrar cuando me siento ante el ordenador”, reconoce.
“La literatura es la exploración de lo oculto”
Para el autor de “El lenguaje de las fuentes”, “a veces nos faltan palabras para contar ciertas cosas”. En su opinión, la literatura se basa en el deseo, los sueños o las pulsiones del escritor, en definitiva, todo lo que ha vivido el escritor que le hace entrar en lo oculto de la mente. “La literatura es la exploración de lo oculto”, proclama solemne y convencido.
Con el título de la novela, ha querido que el lector se pregunte: ¿qué es la ofrenda? Ha querido que el monstruo se ponga en contacto con lo verdadero, ya que “la verdad es dificilísimo de expresar”, subraya y agrega “la novela habla de la oscuridad que hay en la sexualidad humana que choca con la razón. Y el monstruo, es un símbolo de esa sexualidad reprimida y oscura. Al fin y al cabo, el monstruo es el que no sabe controlar sus deseos”, concluye el escritor.
Gustavo Martín Garzo (Valladolid, 1948) ha publicado más de quince libros entre novela, ensayo y libros para jóvenes. Muchas de sus obras han merecido premios como "El lenguaje de las fuentes" (1993, Premio Nacional de Narrativa), Marea oculta (1993, Premio Miguel Delibes), Las historias de Marta y Fernando (1999, Premio Nadal), Tres cuentos de hadas (2004, Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil), "El jardín dorado" (2008, Premio de las Letras de Castilla y León), Tan cerca del aire (2010, Premio Torrevieja de Novela) o Sesión continua (2010, Premio Vargas Llosa de relatos). Sus novelas más recientes son "Donde no estás" (2015) y "No hay amor en la muerte" (2017). Sus obras se han traducido al francés, griego, danés, italiano, portugués y alemán.
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