Regina
Otaola agradeció la presencia de numerosas personalidades políticas de la
Comunidad de Madrid, como el consejero de Presidencia y Justicia, Salvador
Victoria, al igual que miembros del Partido Popular vasco como Carlos Iturgaiz
y, especialmente, al autor del prólogo, el periodista radiofónico Dieter
Brandau.
"La fuerza sale del poder de una sociedad
libre", afirmó Regina Otaola durante la presentación y recalcó: "son más
importantes las personas que los hechos. Sin esas personas, ni el libro ni la
lucha por la libertad hubieran tenido lugar. Yo hablo en el libro a través de
las personas que han pagado un alto precio por seguir siendo libres, esas
personas que han decidido apostar por la dignidad antes que por el poder, algo
tan difícil hoy en día".
La
presentación tuvo un fuerte contenido político y no se mordió la lengua para
hablar de política y lo que entiende que se tendría que hacer; puso como
ejemplo a María San Gil que "tuvo un
papel importante, abrió una crisis en el PP y siempre habrá corazones latiendo
y palpitando por la libertad, aunque ahora mi tierra esté huérfana de líderes",
explicó en su intervención.
También
tuvo palabras de recuerdo para Gregorio Ordóñez, "un torrente de fuerza, de
pasión, de dignidad. Fue el que me hizo dar el paso para entrar en política, me
convenció enseguida, aunque me daba mucha vergüenza", recordó y añadió que "ahora
que siglas pro-etarras han accedido y permanecen en las instituciones es cuando
mas tristeza siento y más recuerdo el asesinato de Gregorio Ordoñez... siempre le
hemos echado de menos".
Para Regina Otaola, un político no puede hacer dejación de sus principios
éticos si es que lo tiene claro, pero grupos que no respetan la vida, ni la
libertad, ni la verdad, individuos sin principios éticos, esas personas: no
pueden ser referentes de nada para ella. "Es
imposible un mejor futuro con gente contaminando la democracia. No es
posible encerrar en una jaula a un cordero y un lobo y esperar que no pase
nada. Esto es demencial", destacó.
A Jaime Mayor Oreja le hizo un claro llamamiento para que dé un paso al frente:
"Jaime, los españoles te necesitamos",
le dijo y le recordó la ocasión en que José María Aznar les acompaño en
el País Vasco y les llevó una bandera porque la primera se la habían
quemado; después, y por su pueblo de adopción, se pasearon ante la mirada de
los terroristas que intentaron asesinar al ex presidente.
Hay un apartado expreso en
el libro donde se habla de la Guardia Civil y de las víctimas de ETA. Hace mención
y cuenta cómo la madre de Raúl Centeno, tras el asesinato de su hijo y rota por
el dolor, le escribió una carta "para apoyarnos" para darles a Regina y a los
gobernantes del PP, el aliento que ella misma no tenía. "Hay muchas Lizartzas
en esta vida y ¡somos ciudadanos con
derechos y obligaciones y debemos luchar! y ésta es la convicción que he
querido trasladar con la escritura de este libro", enumeró la política vasca,
hoy trabajando en las instituciones de la Comunidad de Madrid.
El
comienzo de la presentación lo llevó a cabo la directora de la Esfera de los
Libros, Imelda Navajo que dijo que "la editorial también publicó la biografía
de Jaime Mayor Oreja y que es sensible al tema del terrorismo vasco", llevando
publicados varios libros sobre esta cuestión.
Jorge
Mendiola es muy breve en su intervención y agradeció la presencia de todos los
asistentes al CEU y también a la editorial. "Yo colaboré en darle forma al
libro porque los hechos concretos donde está Regina por todos los sitios, los
ha escrito Regina y es su relato
dinámico lo que demuestra el ejemplo de si
se quiere, se puede", explicó el periodista y añadió que "los pueblos tan
bonitos del País Vasco que ven los turistas cuando llegan, si no se lee, no se
ve el silencio opresivo o cómo vive la gente y la presión que se siente".
Con
Mayor Oreja nos encontramos a un político férreo y correoso, que vive momentos
en los que está apartado de la primera línea política. Obviando sus cuestiones
personales, habló de Regina Otaola, a la que quiere y aprecia, "no quiero, ni
puedo, ni soy objetivo ni neutro a la hora de hablar de Regina porque me
identifico con ella; soy y me siento como ella, pero eso es casi un auto elogio,
es algo que habla bien de mí; pero soy menos generoso y menos valeroso aunque
quiero, igual ella, a España totalmente", afirmó rotundo.
Definió
a Otaola con la siguiente apreciación: "no exagero cuando digo que como vecina
es inmoderadamente vasca, inmoderadamente española y profunda y honesta" y
continuó diciendo "pertenecemos a una generación que vivió la Transición, por
eso, pertenecí a UCD y creímos que la
constitución del 78 abría un proceso para alcanzar puntos de encuentro común
entre vascos nacionalistas y vascos no nacionalistas".
"Regina,
que al igual que yo, llegó a la política por la admiración hacia Gregorio
Ordóñez, ahora hemos hecho de la palabra nuestra principal herramienta, pero
teníamos pánico a hablar en público", continúo exponiendo y remarcó que "pese a los malos momentos que pasamos, somos
felices porque no estamos en lo que hoy se da por llamar: lo políticamente
correcto".
"La crisis que vivimos en el País Vasco es moral y alteró la conciencia de
miles de personas, de jóvenes vascos de nuestra generación. La crisis estaba en
las personas y alteró los códigos morales más profundos que albergan las
conciencias individuales; cuando se puede matar y acabas justificando el
asesinato, es que no se diferencia el bien del mal y se destruyen las
referencias permanentes", explicó.
"El relato del libro es el de una epidemia
moral de la realidad diaria cotidiana de lo que estamos viviendo: que ahora es
el mayor momento de desconcierto desde que la democracia llegó a España",
dijo sobre lo que cuenta Regina Otaola en su libro de memorias.
No
se mordió la lengua cuando señaló que para los políticos de Bildu y Sortu "la ruptura de España es su auténtico
proyecto", por eso hay estos pasos que conviene recordar y remarcó: "tenemos
que aprender a trabajar en el escenario más desfavorable porque siempre se
acierta, sobre todo cuando se está convencido de que un proyecto de ruptura,
esto es ETA, está más presente que nunca. Hablar del final de ETA en el momento
de máxima fortaleza y expresión del movimiento nacionalista en Cataluña y a la
expectativa el País Vasco, es no comprender lo que tenemos ante nosotros.
Para
terminar hizo referencia a las últimas páginas y al epílogo del libro donde cuenta
cómo Regina no se sumió en la depresión y dice que ella no es sólo un referente
del pasado que tuvo frente a ETA y el nacionalismo, sino que es ejemplo de
futuro y de lo que seguirá haciendo.
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