"Francia ante el estallido de la Guerra Civil Española" es un examen de la política seguida por Francia al inicio del conflicto

Francia ante el estallido de la Guerra Civil Española constituye un examen de la política seguida por el gobierno francés ante el inicio del conflicto civil español iniciado en julio de 1936. En ese contexto, la relación con Francia se presentó como una de las dimensiones más importantes de la actuación exterior del gobierno del Frente Popular español. La tesis fundamental resultante de esta investigación establece que el gobierno frentepopulista francés desechó la inicial idea de auxiliar a la República española frente a la sublevación insurgente debido al temor a ser abandonado por su aliado británico, a la perspectiva de romper su coalición de gobierno, a la amenaza de hundirse en un conflicto civil interno y, por extensión, convertirse en agente causal de una confrontación general europea.

El libro comienza analizando el alzamiento de Marruecos, el cual fue la causa detonante que puso en funcionamiento los mecanismos de ambos bandos para proveerse del material militar necesario para una confrontación a gran escala, el cual no existía en España, lo que causa la internacionalización precoz del conflicto y su seguimiento por parte de prácticamente toda Europa.

En este primer momento, el Presidente Giral envía un telegrama a León Blum solicitando auxilio y la primera reacción de su homólogo francés es la de aceptar la petición de auxilio, ya que opinaba que dar una pequeña ayuda podría desbaratar rápidamente el alzamiento y, en caso de que dicha sublevación triunfara, lindaría con tres países fascistas o protofascistas: España, Alemania e Italia.

Pero esta decisión inicial tuvo que ser meditada centrándola en la política exterior de Francia, sobre todo en sus relaciones con Inglaterra. Y el gobierno británico optó por una estrategia dilatoria para que el golpe triunfara lo antes posible, por lo que deciden no proclamar neutralidad abierta para dilatar el proceso.

Por otro lado, la situación social en Francia estaba inflamada por las fuerzas de la derecha, quienes clamaban en contra de la intervención, y por las filtraciones procedentes de la embajada española en París, que era la más importante porque en ella convergían las comunicaciones de Madrid hacia el resto de Europa, fundamentalmente las de compra de armas. Las filtraciones se sucedieron durante semanas hasta septiembre de 1936, cuando la situación se estabiliza.

Por otra parte, por estos primeros momentos, Hitler y Mussolini aceptan dar auxilio a los sublevados, lo que fue de conocimiento público, dos aviones bombarderos caídos en el Marruecos francés que iban camino del español, hacia el aeródromo de Tetuán. Ante esta situación, Francia solicitó el cumplimiento de un código común de reglas de no intervención, que los países fascistas usaron como papel higiénico.

Pero finalmente Francia termina absteniéndose de participar y de vender armas (por lo menos de manera oficial) el día 25 de julio, lo que se ha denominado “el viraje del 25 de julio”. Desde ese momento, la política francesa con respecto a España fue la exigencia, en vano, del cumplimiento de la política de no intervención hacia los países fascistas; y el mantenimiento de una política de no intervención relajada, cuyas líneas fueron las siguientes:

-         Se permitía el acceso de armas hacia España por territorio francés, sobre todo de procedencia soviética, lo que tuvo gran importancia por los ataques de los submarinos italianos a los buques soviéticos durante gran parte del conflicto.

-         La custodia de la cuarta parte de las reservas de oro del banco de España (unas 174 toneladas de oro, equivalentes a 195 millones de dólares de la época). Hay que destacar que los posteriores problemas para disponer de ese dinero conllevó que se llevara el resto de oro a Moscú.

-         Permitir que en suelo francés se vayan organizando las Brigadas Internacionales, de características no mercenarias y formadas por personas de alrededor de 50 nacionalidades.

Las conclusiones que extrae Isidoro Monje acerca de las razones en las que se fundamentó la política de Francia fueron las siguientes:

-         La posible pérdida del apoyo británico, ya que la no intervención cuadraba con la política de apaciguamiento británica, fundamentalmente para evitar complicaciones en otras regiones del planeta donde se encontraba una sustancial parte de su ejército. Su principal premisa para la abstención fue la de evitar alinearse con los soviéticos en el mismo bando.

-         Los franceses no querían volver a repetir la experiencia de una guerra. Es más, la divisa de “paz, pan y libertad” de Blum le valió multitud de votos.

En definitiva, Francia ante el estallido de la Guerra Civil española constituye un examen de la política seguida por el gobierno francés ante el inicio del conflicto civil español iniciado en julio de 1936, ya que en este contexto, la relación con Francia se presentó como una de las dimensiones más importantes de la actuación exterior del gobierno del Frente Popular español.

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