Una "Blancanieves" muy musical, alegre y cantarina
Después de tres años girando por toda España, han conseguido que el teatro Compac Gran Vía les haya dado diez días, en dobles sesiones, para hacer un máster en teatro musical que les lleve a doctorarse en la mítica calle madrileña. El Broadway madrileño les abre las puertas aprovechando que Tricicle se va unos días de vacaciones a su tierra y ellos no lo quieren desaprovechar, saben que si triunfan se les abrirán las puertas de la Gran Vía, como a un torero se le abren las puertas de las Ventas tras una gran faena.
Javier Muñoz, el director de la obra y también autor del libreto junto a diego Yzola y de la música con Augusto Algueró, está convencido de lo que se trae entre manos. Sabe que tanto lo uno como lo otro tienen calidad, "Nacho Cano me lo dijo y quiso colaborar componiendo un tema: El beso", me dice en un aparte de la presentación y continúa señalando que "anteriormente había colaborado con él en su último musical y nos hicimos muy amigos". Su humildad y bonhomía le hizo no comentarlo en las breves palabras que dirigió a los asistentes a la presentación, pese a ello se muestra confiado y sabe que está ante su gran oportunidad después de haber compuesto tres musicales. "Por fin llegamos a la Gran Vía", comenta ilusionado.
28 actores, unos músicos enanitos comandados por Juanjo Melero, ¿será el Gruñón del grupo? 120 personajes, 17 canciones, más de 160 efectos de iluminación, 10 escenografías y todo español. Una divertida, emocionante obra, llena de rock, pop, soul, funky, baladas, hip-hop,... Llevada a los alegres años 20 del siglo pasado. Además tiene un acierto inconmensurable: el príncipe es un periodista. ¡Vaya, esta obra sí que promete, me imagino que el malo será un político y entonces será una obra perfecta!
Es un buen comienzo, "la obra es entrañable, el musical perfecto para estas navidades", afirmó el malo de la obra Jacobo Muñoz, con permiso de Bárbara Milton, la madrastra, que interpreta Miriam Madrid, que se mostró muy ilusionada por poder cantar en la Gran Vía, "la obra desprende una gran energía en escena", señala y apunta a los enanitos como culpables de esa energía que desprende el musical.
Blancanieves es Patricia Ruiz, que se ha subido al carro de la obra este año, la anterior protagonista ahora está en la acera de enfrente cantando en El rey León. "La obra es una historia para todos y a todos les va a gustar, la música es una pasada y el guión alucinante", afirma risueña y feliz. Con estos ingredientes las representaciones no pueden fallar, ya son tres años de rodaje. En el primero se ajustó sobre la marcha la obra y desde entonces se ha ido representando por los rincones de la piel de toro.
A Javier Muñoz le gustaría que estos musicales creasen una industria musical duradera. Así parece que está ocurriendo gracias a la gran calidad de los musicales que últimamente se están representado en la Gran Vía y en otros escenarios de la capital. Su espectáculo "tiene una magia impresionante, gracias al entusiasmo que ponen los actores en el escenario", pondera este ya veterano creador de musicales que con "Antígona tiene un plan" triunfó en los escenarios españoles.
Con Blancanieves Boulevard quiere ir más allá y ya ha entablado conversaciones para que se represente en otros países como México, Estados Unidos y Puerto Rico. "Todo un logro para una productora Jana Producciones SA tan pequeña", apunta eufórico. Después de ver una Blancanieves en blanco y negro, ahora tenemos la oportunidad de ver una Blancanieves musical, una huérfana que se sube a los escenarios de Chicago y destrona sin querer a la reina indiscutible de los escenarios.
Como aperitivo, la mala y la buena nos cantan en acústico un par de canciones, una marchosa, otra melódica, pero dos grandes interpretaciones que nos dejan con el gusanillo de ver el musical, ahora en la Gran Vía. Después, quién sabe dónde.
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