Cada autor ha seleccionado las fotografías que se incluyen en su texto

En el caso de las fotos y textos de Vallecas, el autor es colombiano, por lo que su punto de vista es una mezcla entre aquí y allí, y vemos una voluntad de combinar puntos de vista que termina siendo un juego de traiciones necesario, inevitable y enriquecedor en el que se reflexiona desde una perspectiva etnográfica que se aleja de la condición de discurso prefabricado que es característico de este modo de acercarnos a la realidad. La literatura de este tipo, el prefabricado, ya está vista en reportajes en el País semanal o el programa de televisión de Callejeros, lo que se denomina porno miseria, ya que sigue un estilo que simula explotar la realidad cuando está ocultando todo ese tejido de relaciones sociales e históricas que se quiere plasmar en el papel.

Por otro lado, Carabanchel también tiene su capítulo dentro de Madrid, con perdón. Su autora procede de este barrio y pensó que no se veía capacitada para escribir acerca de ningún otro lugar o barrio de la capital. El tono que predomina en este documental fotográfico es doble: en primer lugar destaca un tono sentimental, del que la autora quiso dotar a este capítulo por el fallecimiento reciente de su padre y, en segundo lugar, quiso eliminar los tópicos existentes de la gente que vive en este barrio. Además, el estilo de este texto tiene un elevado nivel de riesgo tanto fotográfico como literario que no se preocupa tanto por gustar o no gustar o seducir o disgustar, sino que se preocupa por atreverse a describir el deterioro, sobre todo el de la última década, que ha sufrido el barrio.

A su vez, Mercedes Cebrián se ha centrado en el distrito de Argüelles-Moncloa, que describe como uno de los barrios de la periferia madrileña debido a que es, según Mercedes, un barrio burgués clásico donde empieza el límite de Madrid por la presencia de la carretera. Incluso en una encuesta realizada por ella, la mayoría de la gente ha admitido que no ha visitado monumentos de esta zona como el faro y el museo de América porque “quedan muy atrás y muy lejos” aunque en realidad estén muy cerca. 

Así, este libro define la calle Preciados como el centro neurálgico de Madrid debido a que el gusto por el centro concurrido es muy madrileño. Pero, según los autores, el verdadero centro de gravedad de Madrid, su blanco y negro, no es una zona concreta, sino que es ese ladrillo, esas terrazas cerradas a posteriori, esos aparatos de aire acondicionado o los típicos adoquines grises de las aceras, que los que vivimos aquí ya hemos desarrollado un mecanismo de defensa para no verlos, no nos fijamos en ellos por lo presentes que están.

Además, todas las selecciones son tan personales que se quedan en un chispazo, un detalle, un gesto ingenioso, por lo que ocultan ese contexto que podría tener también su interés. Así, la principal tentación es la necesidad de ordenar el caos de Madrid mostrando cuánta mentira hay en los acercamientos documentales a la realidad que se han llevado a cabo en esta ciudad.

En definitiva, Madrid, con perdón se pasea entre la realidad y la ficción sin límites, de modo que cada reportero monta su propio universo y busca traer una realidad paralela a aquélla en la que nos encontramos, jugando con el consciente y el inconsciente.

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