El tango es la inspiración de esta apasionada y turbia historia de amor

La idea de escribir esta novela le llegó a Arturo cuando él estaba en Buenos Aires viendo un espectáculo de tango similar al baile con el que comenzó la presentación. En él, un hombre joven y apuesto sacó a bailar a una señora cincuentona y dejó que ella se luciera. Esa mujer bailó con una clase tal que Arturo vio en ella una Mujer con mayúscula manifestándose de forma muy evidente. A partir de esta escena, Pérez-Reverte siempre tuvo en la cabeza escribir este libro pero por aquellos momentos le faltaba experiencia, le faltaban canas… pero sabía que un día la escribiría, y ese día ha llegado 22 años después.

El tango de la guardia vieja es una novela que transcurre en tres hilos narrativos diferentes: una extraña apuesta entre dos músicos, que lleva a uno de ellos a Buenos Aires en 1928; un asunto de espionaje en la Riviera francesa durante la Guerra Civil española; y una inquietante partida de ajedrez en el Sorrento italiano de 1966. Todas estas tramas abarcan más de 40 años y se combinan unas con otras con la mejor fórmula posible para dar lugar a la trama de la novela.

El protagonista de la novela, Max Costa, es un truhán y bandolero argentino hecho a sí mismo que consigue llegar a ser un auténtico caballero y enamorar a todas las mujeres que leen la novela. Max evoluciona en una sociedad clasista: él es un arribista y ha utilizado su elegancia natural y su porte para triunfar en un mundo que no es el suyo, por lo que le podemos definir como un rufián instintivo y listo con sus propios trucos para sobrevivir, muchos de los cuales nacen de la propia memoria de Pérez-Reverte como reportero en zonas de guerra. Pero aparte de esto, Max es, por encima de todo, un héroe crepuscular que ha visto derrumbarse muchas cosas en su vida.

Por otro lado, Mecha es la mujer protagonista de este libro y es un componente importantísimo: ella justifica la vida de Max y es una mujer muy compleja, que actúa a la vez siendo testigo, abogado, fiscal, juez y verdugo. Según el autor de El capitán Alatriste, “el único héroe novelesco que dará sorpresas en el XXI es la mujer” ya que ahora empieza a ser lo que nunca fue, pero sin dejar de ser lo que era, por lo que afloran nuevas posibilidades en el mundo literario.

A su vez, esta novela explora los rincones más turbios del ser humano. Todo humano tiene sus rincones turbios, pero las mujeres los han tenido más relegados y menos asumidos desde un punto de vista histórico y han tenido menos válvulas de escape. Según el autor, cuando una mujer explora sus bajos fondos da lugar a escenas literarias fascinantes y complejas. Pérez-Reverte explica su manera de narrar estas escenas con el siguiente símil: imaginen a una mujer viendo una peli porno, la mujer mira la película y el hombre le está mirando la cara, sin preocuparse de la película. De este modo, lo más relevante es la impresión que causa esa mujer a quienes la observan, más que sus propios rincones más oscuros.

Además, todos los personajes tiene un punto de maldad, lo que los hace más reales, pero pese a esto, Max siempre sabe quién es y dónde está y tiene una dignidad asombrosa para aceptar los reveses y fracasos, lo que el autor denomina el fracaso elegante.

Esta novela es, ante todo, una historia con el amor en primer plano, un amor que analizamos desde la madurez mirando hacia atrás. Así, vemos a dos seres humanos que se esperan a lo largo de toda su vida para amarse. Pérez-Reverte también profundiza en su vida sexual sin obviar la pasión de sus corazones ni pasarse para conservar la elegancia de los personajes, sin ser vulgar ni mojigato, quedándose en el punto exacto: una sensación de sexo intenso pero elegante que cualquier tipo de lector pueda asumir de manera transversal pese a su intenso voltaje.

A su vez, hay un gran erotismo en cómo bailan el tango: el tango le puso música a esta época, el tango es geometría, y es sexo vertical y con la ropa puesta, pero sobre todo produce una falsa apariencia del dominio del hombre sobre la mujer, pero cuando uno mira bailar el tango despacio y saca conclusiones, el hombre es un pretexto para que la mujer desarrolle a su alrededor una geometría de seducción, la mujer es una falsa sometida, ella es la directora de los hilos que trazan una relación. Ese peso de la mujer en el tango, esa superioridad, se refleja muy bien con este baile. Así, este baile refleja que la mujer es la única tentación que no es negociable para el hombre. ¿Y cómo hubiera sido el tango de la novela si hubiera existido? Cada lector debe oír su propio tango y poner su propia música a la novela.

En definitiva, El tango de la Guardia Vieja narra con pulso admirable una turbia y apasionada historia de amor, traiciones e intrigas, que se prolonga durante cuatro décadas a través de un siglo convulso y fascinante, entre la luz crepuscular de una época que se extingue.

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