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Presentación de "Otros Reinos" de Rodrigo Soto y "Lenta venganza" de Miguel Albero

El novelista Juan Bonilla presenta dos nuevos títulos de su editorial Zut Ediciones

jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h

Se presentaron ayer en el Círculo de Bellas Artes los dos primeros títulos de Zut Ediciones Otros Reinos de Rodrigo Soto y Lenta venganza de Miguel Albero. En esta presentación de dos obras en una, cada escritor presentó la novela de su colega, ante la atenta mirada de Juan Bonilla.

"Lo más gracioso es que todo va en serio"

Otros reinos recoge una selección de cuentos, escogidos por el autor, de los tres libros de este género que Soto ha publicado en su país hasta la fecha: Mitomanías (1983), Dicen que los monos éramos felices (1995) y Floraciones y desfloraciones (2006). En estos relatos (en los que han pasado más de 20 años entre el primero y el último), los personajes se ven ante disyuntivas morales o existenciales de las que no son plenamente conscientes, y en las que deben elegir ignorando o apenas entreviendo las consecuencias de su elección. Cualquier semejanza con la realidad es fortuita.

La obra de Rodrigo Soto es una de las grandes exponentes de la literatura de Costa Rica. Se dice que de este país centroamericano no hay novelas porque no ha habido dictaduras ni revoluciones ni grandes hechos que hayan captado la atención incondicional de la opinión internacional. En palabras de Rodrigo: "En Costa Rica no ha ocurrido nada desde el Big Bang".

Así, la literatura de Costa Rica no ha llegado en la mayoría de los casos a España, por lo que es una gran desconocida para nosotros. En los últimos años, esta literatura ha seguido una gran evolución desde aquellos años en los que se trataba al país en la novela y el cuento como una Suiza americana que dedicaba gran parte del presupuesto a educación y sanidad (en lugar de desviar estos fondos al ejército) hasta la vida urbana o la violencia de nuestros días.

Además, el título del libro, Otros reinos, ya nos traslada a otro mundo mediante cuentos variados con todas las virtudes que debe tener un cuento, entre las que se cuentan la gran capacidad del autor para introducirnos en el relato y sumergirnos en la narración y para utilizar muy bien los silencios, algo que a los españoles no se nos da muy bien.

Y la sorpresa, sobre todo la estilística, es fundamental, donde la acción termina donde no debe o se corta abruptamente. A su vez, estas obras reflejan la Costa Rica de ayer y hoy, pero no en forma de una prosa del realismo mágico latinoamericano, sino mediante un estilo equidistante entre Juan Rufo y García Márquez.

La otra novela que se presentó, Lenta venganza de Miguel Albero, narra la historia de un hombre que acaba de cumplir cincuenta años, que ha sido despedido de su empresa y le ha abandonado su mujer. Y como si hiciera falta alguna evidencia mayor de que su vida se desmorona, empieza a verse envuelto en una especie de juego sin sentido gracias al que descubrirá que los desastres de la humanidad tienen su origen en el hecho de que la pareja de caracoles llegó tarde al Arca de Noé. Como se ve, Lenta venganza es una novela de tesis, pero también un viaje que arrastrará al lector desde un hotel del Caribe hasta la cordillera andina. Inevitablemente, el lector, en el transcurso de ese viaje, aprenderá muchas cosas relacionadas con el caracol -por ejemplo, cómo tramó su «lenta venganza»-, pero también podrá colegir, si es que su propia experiencia no le ha regalado ya esa conclusión, que el absurdo es una parte importante de nuestras vidas, cuando no, como en el caso de nuestro protagonista, la vida misma.

Una de las citas que definiría al estilo de Miguel es "Lo más gracioso es que todo va en serio". Esto apunta al carácter paradójico de dicho estilo, que trata asuntos graves de nuestro tiempo desde un punto de vista cómico. Su obra se inscribe en un tono humorístico, pero el humor nace de sus personajes más que de las situaciones en las que se ven envueltos. Estos personajes siempre están animados por un propósito absurdo o descomedido, que los coloca en una situación ridícula y da lugar a las situaciones graciosas de su novela.

Así, el truco de las novelas de Miguel parece ser que reside en los personajes animados por propósito absurdo que los hace ridículos, pero la posición excéntrica en la que dicho propósito los coloca en relación con la sociedad los hace tener una perspectiva privilegiada sobre los demás, por lo que los normales parecemos también absurdos y ridículos a ojos de ellos. De este modo, los personajes tienen el deseo no de ser héroes, pero sí de construirse así mismos como seres humanos, algo imposible en la sociedad de hoy.

Pero vamos, en realidad esta novela surgió a partir de la pregunta de su editor "¿No se te ocurre nada más delirante?" tras presentarle un relato en el que un hombre, tras comer un yogur caducado, ve un futuro paralelo en el que Ruiz Mateos es el Presidente del Gobierno... y se tomó la pregunta como un reto. Además, ¿podrían perderse la primera escena de sexo entre caracoles que aparece en una novela?

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