La editorial pretende sacar entre 10 y 12 libros al año, en formatos digital e impresión bajo demanda 

Lorenzo Silva es el adalid de este nuevo proyecto. Para ello han escogido un nombre que lo dice todo: Playa de Ákaba. Un nombre que mezcla lo exótico, la aventura y lo ignoto. Y lo mejor es empezar con un libro que resume todo eso: Camino de Ákaba, de Thomas Edward Lawrence, aquel personaje que pasó a ser conocido como Lawrence de Arabia. La foto de la portada de estas cartas fechadas entre enero y agosto de 1917 podría ser la playa de Ákaba, pero es la de Carboneras de Almería, justo el lugar donde se rodó la película de David Lean, un poco fantasiosa según Lorenzo, que de esto sabe mucho.

Esos desiertos que conoció profundamente T. E. Lawrence son como los territorios que conoce tan bien el escritor madrileño, me refiero a la edición de libros. “Hay un gran territorio intermedio en que el vive mucha gente y en el que se vive muy mal, son los escritores que han quedado descartados de las grandes editoriales porque los números no salen, pero que se merecen ser publicados”, explica Silva en la presentación que se ha realizado en una nueva y céntrica librería.

El escritor viajero cree que el editor sigue teniendo un gran valor, “una persona que cree en ti, que trabaja porque cree que tu libro ha de ser editado, sigue teniendo sentido hoy en día y hay muchos autores que no tienen eso y lo merecen”, reflexiona el autor de Niños feroces. Y ese espacio lo quieren ocupar, ser editores de escritores que se han ganado publicar su libro por la calidad del mismo.

Para eso buscan fórmulas imaginativas, impresión bajo demanda, ventas por internet de los ebook a un precio asequible, entre 1,99 y 2,99 euros. Su último libro, La marca del meridiano, ha salido al mismo tiempo en edición de papel y en ebook y a un precio de menos de 10 euros, por primera vez en la historia de la editorial planetaria. Sigue habiendo una política de precios errónea por parte de las grandes editoriales, ya lo dijo ayer Paolo Coelho y hasta que no cambien esa política el libro se seguirá vendiendo cada vez menos, “un 40% menos que el año anterior”, nos dijo esta semana sotto voce un conocido editor.

Sin embargo, Lorenzo Silva cree que los libros no son caros, “un libro que cuesta 18 euros no lo es, si tenemos en cuenta las 12 o 14 horas de lectura placentera que nos ofrece”, así mirado sale más barato que ver una película o tomarse unas cañas en cualquier tasca del centro. Lo malo es cuando el libro no es bueno, entonces es caro, porque es dinero tirado a la basura y eso ocurre con frecuencia.

La pretensión de la nueva editorial es sacar unos 10 ó 12 libros al año. Tanto narrativa como poesía, sobre todo española contemporánea, en cualquier lengua de la península. De los cuatro primeros volúmenes, dos son de poesía. Así quieren romper con el estigma de la poesía como la “cenicienta del mundo editorial”. También se edita un libro infantil, “uno hecho por uno de nosotros, Noemí Trujillo, que es un experimento al combinar el relato con los dibujos. Para Lorenzo Silva la literatura infantil y juvenil es “una de las mejores fábricas de lectores”. Buena idea, así que a fabricar lectores, que estamos faltos de ellos.

La poesía ocupará ese lugar que se merece. Lamentablemente está siendo expulsada de los anaqueles de las librerías. Noemí Trujillo, esposa de Lorenzo, también publica un libro de poesía, Sólo fue un post, obra que nació en Internet y que con Yo vivía aquí, antología que su obra, de Carlos Zanón son las dos obras de poesía que se publican en este primer póker de obras editadas que ya se pueden comprar en la librería La Central de Madrid y la Casa del Libro de Barcelona, además los ebooks se pueden conseguir en la página web de la editorial.

Otro de sus objetivos es rescatar textos que están por ahí sin traducir y libros de pensamiento, “en este país hay un gran déficit de pensamiento”, afirma el novelista y sabiendo que él también es ensayista, suponemos que publicará en la nueva editorial algo suyo, cosa que desmiente rotundamente, “yo ya tengo editor, Playa de Ákaba es para dar a conocer a otros escritores”, dice. Reitera que no nace para publicar apuestas seguras y que, al menos, dos o tres libros serán nuevos valores.

Una apuesta por lo nuevo y por lo viejo desconocido, una apuesta arriesgada que esperemos se vaya consolidando poco a poco.

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