"Lo que no está escrito" se presentó en Madrid el viernes 19 de octubre
Al escribir, el autor deja en la historia algo de sí mismo, unos posos en el hacer de los personajes. Se implica hasta tal a punto, por mucho que quiera borrar sus huellas, que al final parece que es la obra, como un ser invisible, la que ya existe por sí sola y reclama un autor que pueda llevar sobre sus hombros el peso de su existencia.
Algo así le pasa a Rafael Reig en su última novela, Lo que no está escrito. Nacido en Asturias en 1963, se ha convertido en uno de los escritores españoles más respetado de su generación. Vuelve a la estantería de "últimas novedades" con un thriller psicológico sobre los deseos más indeseables del hombre y los rencores dentro de la institución de la familia.
Tres tramas se entrelazan en una novela pausada, que arrastra al lector en la duda y el desconcierto hasta la última frase. Justo hasta la última frase, cuando contienes el aliento por si pasa aquello que parecía prometido iba a pasar. ¿Ocurre? Son un padre y un hijo, su madre y un criminal que puede ser o no un personaje real. De carácter duro, frustrado y demasiado aficionado al whiky, el padre se llevó a su hijo mimado a la sierra, lejos de los ojos de su protectora madre. Mientras tanto, a ésta le deja un manuscrito que más bien parece una amenaza "Sobre la mujer muerta". Tan sólo quiero que tú la leas... Y ella, y todos, nos preguntamos por qué. Por qué el paralelismo de la historia de los personajes con su propia historia, truncada por el amor demasiado rápido, el sexo obsceno, los celos, la violencia incontrolada y el miedo. Él es Toni Riquelme, de barrio bajo, de aquellos que no han estudiado pero leen a Shakespeare y creen que eso les da derecho a ambicionar todo lo posible. Él es el protagonista de la novela del padre-escritor frustrado, Carlos, pero sus personajes vagabundean por las calles de Madrid y se cruzan con la familia real. La vieron abrir los brazos bajo la lluvia... ¿Ellos existen? ¿Los más bajos deseos del hombre, el asco, el crimen, el cuerpo por dinero, existen en las casas de nuestros barrios bajos o son puras historias?
Reig lleva con los pensamientos de sus personajes similares al flujo de conciencia -en ocasiones, cabe decir, recuerdos y explicaciones algo repetitivos- la trama de una historia que ocurre en un suspiro, pero que cambia la vida de todos sus personajes, reales o irreales, quién sabe, para siempre. No sabes lo que va a pasar. Puedes elucubrar, y no aciertas. Eso siempre es bueno. Es inesperado, que no forzado, y eso sólo lo saben hacer los escritores buenos.
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