Carlos Montero es un guionista especializado en serie de adolescentes
Cuando Los tatuajes no se borran con láser llegó a mis manos lo primero que pensé fue: "No me creo que alguien le pueda poner este título a su novela". Después, bajé los ojos al mensaje purpúreo de la editorial: "El libro que tus hijos no querrán que leas...". ¿Es una amenaza? Y entonces me pregunté a qué genio de la editorial Espasa se le habría ocurrido semejante aviso que, más que despertarte la curiosidad, hace que te entren ganas de mandar el libro por donde ha venido. Lo que no pensé, y durante los primeros capítulos tampoco imaginé, es que la novela iba a resultar un cóctel de insinuaciones sexuales, coqueteo con las drogas y peliagudas referencias profesionales autobiográficas más que recomendable.
Uno ya mira con recelo cualquier novela española que intente retratar la vida adolescente. Al cúlmen ya llegamos con José Ángel Mañas y sus crónicas de aquel mítico y devastador Kronen. Ahora los adultos españoles prefieren decidirse por novelas románticas, históricas y policíacas y los escritores púberes que tanto asombran -y tanto se sobrevaloran- por mundos mitológicos y vampiros sexys de buen corazón. Pero un guionista de sonrisa fantástica y cara de no haber roto un plato, en sus justos cuarenta, ha decidido escribir una novela no sólo para adolescentes, sino también para padres preocupados, guionistas frustrados y, por qué no, actrices desequilibradas. Y lo hace bastante bien.
La amada y odiada a partes iguales serie de Carlos Montero "Física o Química" cautivó al público adolescente español durante siete temporadas (de las cuáles él escribió tres). Pero en otros países a donde la serie había llegado, como Italia, decidieron suspender su emisión por representar la "España del zapaterismo" según los vocales de la cadena RAI 4. En la primera novela de Montero se retratan de manera cercana y auténtica, nada de clichés y de inventivas de cuarentón trasnochado, los problemas de la generación tuenti y la influencia que los productos mediáticos causan en sus vidas. Asia, la protagonista de la historia, una chica de dieciséis años demasiado resabiada, se emborracha con unos chicos durante una fiesta y sus juegos sexuales acaban muy mal. Unos chavales furiosos y confusos que tratan de encubrir lo que pasó, unos padres que no saben cómo acercarse a su hija y, entre todos ellos, Quique, el guionista de la serie de éxito "Tábula rasa", cuyos personajes, miles de jóvenes imitan. ¿Hasta qué manera el comportamiento de unos personajes ficticios puede influir en la vida cotidiana de unos adolescentes? ¿Qué responsabilidad les queda a ellos mismos y a sus padres y profesores?
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