Se muestra 60 joyas bibliográficas, algunas de ellas incunables
Esta exposición celebra el 150 aniversario del nacimiento de José Lázaro Galdiano, guiándonos por la trayectoria vital de esta figura excepcional que, a caballo entre los siglos XIX y XX, supo aunar sus dos pasiones, el amor a la cultura y el compromiso cívico, poniéndolas al servicio del desarrollo de nuestro país.
A través de la exhibición de 60 joyas bibliográficas procedentes de los fondos de la Biblioteca y el Archivo de la Fundación, la muestra propone una relectura de las colecciones del museo, en dos secciones. La primera nos presenta al personaje cuyo perfil, asombrosamente complejo y actual, compaginaba las facetas de intelectual, editor de La España Moderna, coleccionista y aficionado al arte y a los libros desde su juventud y viajero infatigable. Su vida combinó así afición y dedicación, otium y nec otium, en la mejor tradición clásica.
Las cartas de Goya, una de ellas terminada, escrita con el dedo mojado en tinta, el Libro de Retratos de Francisco Pacheco, maestro de Velázquez, manuscrito adquirido por José Lázaro en 1920, uno de los más conocidos de su biblioteca; los Dibujos de Berruguete, El Ceremonial de la Consagración y Coronación de los reyes y reinas de Aragón del S. XIV, las cartas autógrafas de Goya o Lope de Vega, el manuscrito de la primera obra de Emilia Pardo Bazán, Aficciones peligrosas o El Sueño de Polífilo de Francesco Colonna, son documentos y obras de arte tan relevantes como las pinturas, esculturas, platerías o textiles de primer orden que se exhiben en el Museo. Es más: unas explican a otras, y todas ellas proporcionan una visión unitaria y coherente de la sensibilidad y las ideas de cada época. Esta muestra exhibe, en las tres plantas el Museo, las joyas bibliográficas de la Biblioteca de José Lázaro junto a las obras maestras de la colección. Rinde así homenaje a su amor por todas las artes y a su intuición de que todas ellas constituían un todo coherente e indivisible, un pensamiento que lo asimila a los historiadores contemporáneos.
Sin embargo, desde un punto de vista personal, fueron su dedicación al coleccionismo y a los libros las pasiones que más satisfacción reportaron a don José. Estas dos aficiones comenzaron en su juventud, le acompañaron toda su vida, y dieron lugar, respectivamente, a una de las mejores colecciones de arte existentes en España y a una extraordinaria biblioteca privada. Como coleccionista Lázaro sintió verdadera predilección por la obra de Goya, por ello se muestran en esta pequeña sala de manera excepcional los Proverbios o Disparates, la Tauromaquia, los Desastres y los Caprichos no expuestos al público de manera habitual.
En la segunda parte de la muestra, las obras maestras del arte universal que se exponen en el Museo aparecen acompañadas, por primera vez, por incunables y documentos históricos de época, que los contextualizan y explican. Descubrimos al José Lázaro coleccionista, dotado de una intuición contemporánea que le condujo a valorar por igual todas las artes y a hacerse con estas joyas bibliográficas, de interés y belleza parangonables a la colección expuesta en el Museo, pero que por razones de conservación son custodiadas en la Biblioteca de la Fundación mostrándose puntualmente en ocasiones únicas como ésta.
A través de este rico y sugerente recorrido, la Fundación Lázaro Galdiano quiere evocar el universo intelectual de comienzos del siglo XX. José Lázaro convirtió su casa en un compendio de cultura. Un espacio escogido, donde el círculo selecto de sus amistades podía conocer, disfrutar y comentar sus variadas preferencias bibliográficas y artísticas, en tertulias eruditas y cultas donde saber y progreso se daban la mano.
Más sobre José Lázaro Galdiano
José Lázaro Galdiano nació en la localidad Navarra de Beire el 30 de enero de 1862. Realizó sus estudios en Zaragoza, y a su término, en 1877, comenzó su andadura profesional como escribiente en la sucursal del Banco de España en Pamplona. Durante los siguientes diez años, sucesivos ascensos dentro de esta institución le condujeron primero a Valladolid, y más tarde a Málaga y Barcelona. En todas ellas el joven José encontró el modo de compatibilizar su trabajo con lo que ya comenzaba a definirse como una gran pasión: su amor por el conocimiento, el coleccionismo y los libros.
En 1887 dejó su empleo en el Banco de España y abandonó también su colaboración con el periódico de La Vanguardia. Tras conocer a Emilia Pardo Bazán en la Exposición Universal de 1888, resolvió trasladarse a Madrid para entregarse a una intensísima y riquísima labor editorial, que compaginó con la formación de su gran colección; ambas actividades absorberían la mayor parte de su tiempo e ilusiones. Encontró acomodo adecuado para su instalación en su residencia de la Cuesta de Santo Domingo, según Rubén Darío la mejor puesta que existía en España, y después en la de la calle de Fomento. Como editor, su trabajo más destacado fue la creación de la Editorial La España Moderna, de la que era director y propietario y que permaneció activa durante 26 años ininterrumpidamente. A través de ella publicaría la revista del mismo nombre, así como revistas y monográficos dedicados a la ciencia Jurídica, la Sociología, la Filosofía y la Historia, sin olvidar la literatura de la época.
Durante los años de la Guerra Civil don José vivió en París y en diversos lugares de Europa, y ya no regresaría a España salvo puntualmente, viajando por Estados Unidos, Sudamérica o Portugal. En esta última etapa se centró en las investigaciones bibliográficas y artísticas, dirigidas a dar a conocer lo que ya era una de las colecciones privadas mejores de España: la Colección Lázaro de Madrid. El 1 de diciembre de 1947 José Lázaro Galdiano fallecía en su residencia de «Parque Florido».
Resulta especialmente interesante reseñar la pasión de José Lázaro Galdiano por los libros. Perteneció a cuatro asociaciones de bibliófilos: Sociedad de Bibliófilos Españoles, Société de Bibliophiles et Iconophiles de Belgique, Société Française de Reproduction de Manuscrits à Peintures y Agrupación de Amigos del Libro de Arte. Pero no sólo por esto merece el calificativo de bibliófilo, pues su trayectoria personal y su extraordinaria biblioteca son las mejores pruebas de su amor al libro. Su Biblioteca, de más de 20.000 volúmenes, es el resultado de unas circunstancias ventajosas que se dieron en Lázaro: espíritu sensible, buen gusto, extraordinaria fortuna –en la época en la que le tocó vivir era el único bibliófilo español que disponía de sumas elevadas para emplearlas en esta afición– y larga vida, pues vivió 85 años y desde joven siempre tuvo entusiasmo por los libros.
*Apertura al público del 23 de mayo al 17 de septiembre de 2012 en horario habitural del museo