Memorias de un niño en la Guerra Civil Española
Se han escrito muchos libros sobre la Guerra Civil, pero pocos como el que tenemos ahora entre las manos: el testimonio fresco e ingenuo de un niño que pasó la guerra en el Madrid sitiado. El diario que aquel niño escribió en 1938 ha sido casual y felizmente recuperado en el archivo familiar, dándolo por primera vez a conocer en esta edición.
En palabras del prologuista Joaquín Leguina, estamos ante “un libro revelador por las circunstancias en las que está escrito y, sobre todo, por lo que se transparenta, por lo que desde el diario se le sugiere al lector, cómo la cotidianeidad de las pequeñas cosas, la que es necesaria para la supervivencia, tiende a ganarle la batalla a la muerte”.
El diario del niño fue hallado por sorpresa durante unas tareas rutinarias de ordenación del archivo familiar de la Familia Barceló. El sorprendente manuscrito contenía el diario que su autor, José Luis Barceló Fernández de la Mora (1922-1991), escribió en Madrid en 1938 durante la Guerra Civil, y se ha conservado asombrosamente durante todo este tiempo: 74 años después. El texto está escrito en el temprano estilo de reportero que ya exhibía el autor y que, algo más tarde, se convertiría en maestro de periodistas. Escrito unas veces a pluma y otras a lápiz en un pequeño cuaderno azul, es un extraordinario documento histórico inédito relatado por un niño en primera persona, y revela sus pequeños secretos, sus deseos, sus ambiciones y las terribles ansiedades a que sometía la guerra a toda la familia.
La guerra civil en Madrid a los ojos de un niño
Nacido en el seno de una familia católica y conservadora, el joven autor vivía con sus padres en un céntrico piso de la calle Hermosilla, al lado del cruce de las calles Alcalá con Goya. Desde allí, día a día, relata los aconteceres de una guerra monstruosa que habla del triunfo de la vida sobre la muerte, desde los aspectos más sencillos de la vida. ¿Cómo se vivía realmente en ese Madrid de la guerra? ¿Nos imaginamos realmente pasear en bici por las solitarias calles de un Madrid bombardeado? ¿Cómo era aquel bullicioso mercado callejero que se disponía en torno a la plaza de toros? ¿Podemos ponernos en el lugar de las personas que tenían que afrontar el día a día sin los medios suficientes? ¿Imaginamos la tragedia personal y colectiva que se estaba viviendo? Madrid era una ciudad sitiada, incomunicada, sin alimentos para una población empobrecida que tampoco podía huir. Abandono de la escuela, escaseces, privaciones, pérdida de amigos y familiares, bombardeos, disparos, muertes en plena calle, todo queda recogido en la hábil y sucinta prosa de un joven que, al finalizar la contienda, se convertiría en maestro de periodistas y reporteros.
Una fe en Dios inquebrantable y un enorme amor por sus padres le posibiliataron soportar los horrores de la Guerra Civil que, en un Madrid sitiado, mostró su cara más amarga.
Biografía de José Luis Barceló Fernández de la Mora
José Luis Barceló Fernández de la Mora, (Madrid el 30 de marzo de 1922, + Madrid, 15 de julio de 1991). Una vez superada la guerra, Barceló se convirtió en un eminente economista, periodista y escritor. Deportista nato, practicó el boxeo, la caza y el piragüismo y con 20 años comenzó ya a colaborar como reportero deportivo en diversos medios de comunicación. En 1943 fue llamado por Radio España para realizar un programa radiofónico de información económica, que supuso el inicio de su prometedora carrera como periodista económico. En la naciente Televisión Española dirigió un programa de ciencia e innovación de gran audiencia en su época, denominado “El futuro ha comenzado”. Más tarde fundaría en 1946 la revista decana de información económico-financiera en España, “El Mundo Financiero”.
Doctor Honoris Causa en Ciencias Económicas por la Universidad de Lima, publicó más de medio centenar de libros sobre economía, miles de artículos y pronunció decenas de conferencias. Entre sus publicaciones se cuentan “España ante el mundo”, “El átomo y su desintegración”, “Contra la guerra atómica”, “Problemas económicos de la posguerra”, “Importancia mundial de la antártica” o “Estado actual de la III Guerra Mundial”.
Filántropo y viajero, colaboró en la fundación de numerosas asociaciones. Como economista, fue asesor en Presidencia del Gobierno para la elaboración del Plan Guadalajara, Consejero del Banco de Elda, jefe delegado de la Asociación Astronáutica Española, miembro vitalicio de la Real Sociedad Geográfica Española y miembro de la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias.
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