Actualidad literaria: Ana Obregón presenta el libro sobre su vida “Así soy yo”
jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h
Por Javier Velasco Oliaga
Ana Obregón ha presentado hoy, en un conocido hotel madrileño, su biografía Así soy yo. Un libro donde cuenta su vida y que ha sido “escrito con el corazón, donde dejo mi verdad”, explicó en el encuentro que tuvo con la prensa y que estuvo trufado de intervenciones de pésimo gusto por parte de pseudo periodistas de la prensa más bochornosa que puede haber en un país. El libro ha sido publicado por la editorial Planeta.
La expectación era máxima y ella, como buena diva, se hizo de rogar manejando a su antojo los tiempos. Se ha presentado hablando con su móvil y con todo el glamour que una estrella puede desarrollar. Atenta a las cámaras, tuvo sonrisas para todo el mundo, pese al acoso al que fue sometida por su ex pareja Alessandro Lecquio que, espoleado por los tertulianos de un programa rosa de las mañanas, no la dejaba en paz, ante el disgusto de las profesionales de la editorial que no podían contener esa avalancha de pésimo gusto y peor educación.
Comenzó el acto con la explicación de cómo se gestó el libro por parte del editor David Figueras, que se mostró sorprendido por la sinceridad con la que ha escrito sus memorias y destacó las que para él eran las dos mayores cualidades de la actriz, “su sentido del humor y su gran capacidad de trabajo”, dijo. Al fundador de la editorial, José Manuel Lara, le gustaba publicar libros de personas que tuviesen algo que contar y para ellos Ana Obregón tiene muchas cosas que contar y España estaba expectante por lo que pudiese decir, sobre todo de los muchos hombres que han pasado por su vida.
El bueno de Figueras fue interrumpido de forma estentórea y mal educada por un individuo que pretende ser un periodista, Jesús Mariñas, que entiende la profesión como una cloaca del mal gusto y de la mala educación. Es lamentable que a personajes como él se les dé voz en medios de comunicación que pretenden ser serios y que haya lectores de las bazofias que escriben y que, además, pretendan ser los protagonistas de la noticia acallando a profesionales. Lo único que preguntaba semejante individuo, una y otra vez, era que si se había acostado con David Beckham… Su inteligencia y sagacidad no dan para más.
La artista televisiva tuvo que lidiar con semejantes morlacos y lo hizo con clase, simpatía y profesionalidad. Realmente sorprendente. En actos como éste se ven las cualidades de unos y otros, y las de Ana Obregón son superiores a las de toda esta prole de plumíferos, que viven como parásitos y chupa sangres del trabajo de otros. Demostró la actriz una educación admirable y un aguante digno de encomio.
Agradeció a la editorial la oportunidad que la brindaban y quiso escribir ella sola el libro basándose en los 28 diarios que llevaba escritos, esos que el conde espiaba y leía a escondidas. Rindió un homenaje a los escritores que se enfrentan cada día al vértigo de la página en blanco, vértigo que a ella le costó más de siete horas el primer día que se puso a escribir, antes de poder redactar la primera frase.
“Hoy es un día muy importante para mí, ya que es la presentación de mi primer libro, que lo he escrito por derecho y por necesidad; por derecho porque lo tengo a hablar de mí misma y, por necesidad, para que la gente sepa cómo soy en realidad”, explicó la actriz, y para hacerlo se ha tenido que quitar su “disfraz de lentejuelas que no me dejaba respirar”, añadió.
 
Una vez quitado ese disfraz de lentejuelas ha contado lo que ha estimado oportuno. Lo que se ha dejado en el tintero ha sido porque ella ha querido y los que no salen en el libro es que no se lo merecen. Ahí han quedado aparcados tanto un conocido actor o un modelo que se acercaron a ella para conseguir lo que al final no han obtenido, la popularidad.
Se considera ante todo madre y la ilusión de su vida siempre ha sido formar una familia. Cuando creía que la tenía se disolvió como un azucarillo por la inmadurez del padre de su hijo: “me ha dado lo más maravilloso de mi vida, mi hijo y, también el peor momento de mi vida”, afirmó ante él, convertido en un reportero “Tribulete” que no dejaba de interrumpir y querer ser el protagonista de una fiesta en la que se coló, como decía la canción de Mecano.
Y, ¿su segundo peor momento? La muerte del baloncestista Fernando Martín, “el amor de mi vida”, señala la romántica actriz. Por el libro pasa, desde luego, el primer jugador de baloncesto que jugó en la NBA, pero también personajes tan conocidos como Miguel Bosé, Francis Franco, Alberto de Mónaco, Davor Suker y otros como Robert de Niro, Steven Spielberg, Julio Iglesias, Stevie Wonder, etc. ¿Será verdad que los ha conocido? Pues claro que sí. Ya se ha encargado ella misma de recopilar una increíble colección de fotos junto a los más rutilantes personajes de Hollywood y de otras ciudades.
En el libro hay espacio para los momentos más amargos, como cuando el ex juez Baltasar Garzón la comunicó que estaba amenazada por ETA, “sentí un miedo muy frío cuando me llamó, a los pocos días asesinaron a Miguel Ángel Blanco”, recordó. Pero también hay espacio para los momentos divertidos, para las obregonadas, “me he reído mucho recordando mis meteduras de pata que son infinitas, como cuando llamé a Franjo Tudjman perro”, señaló.
Había preguntado a Suker en un vuelo hacia Zagreb cómo se decía en croata ¿cómo está? Davor le dijo: Doverdam, ni corta ni perezosa a la llegada le preguntó: ¿Doberman? y el pobre presidente no sabía si ladrar o reír ante la mirada atónita de todo el séquito croata. En el libro cuenta todas esas anécdotas y una de ellas me ha hecho especial gracia: cuando hizo una reverencia al portero del casino de Montecarlo confundiéndolo con el príncipe Rainiero. Creo que hay que tener sentido del humor para recordar esas hazañas y otras muchas más que cuenta en el libro.
Desde luego, así es ella. Una persona insólita que, como dice, ha tenido una vida maravillosa en la que ha conocido a tantas personas interesantes que el resto de los mortales quedan como meros pueblerinos. Además tendrán que pagar por leer el libro sobre su vida, que a ella el escribirlo le ha servido de terapia y en el que tiene reservado el derecho de admisión. El que no sale en el libro es que no es importante y yo no salgo.
 
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