“El momento en que todo cambió” de Douglas Kennedy
jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h
Desembarca en España la nueva novela de Douglas Kennedy, el Woody Allen de la literatura, que gusta más en Europa que en América, El momento en que todo cambió. Kennedy, uno de los autores americanos más reconocidos del mundo, lleva vendidos más de 8 millones de ejemplares en todo el mundo. El libro ha sido publicado por la editorial Planeta.
Es una apasionante historia de amor que transcurre en el Berlín de la guerra fría. Hay momentos en los que nos vemos abocados a tomar una decisión. Momentos en los que elegimos, de entre todas las opciones que la vida nos ofrece, un camino y no otro. Esta novela es el relato de uno de esos momentos: de Berlín en 1984, de un momento que lo cambió todo y de las consecuencias y las huellas que dejó para siempre en los corazones de dos amantes.
Douglas Kennedy escoge a Thomas Nesbitt como protagonista de su última aventura. “Un hombre de unos veinticinco años. Era alto, con una densa mata de pelo castaño y mandíbula muy cuadrada. Delgado, larguirucho, interesante. Parecía un intelectual, pero de inmediato intuí que además tenía cierta experiencia del mundo. Bien parecido. Muy bien parecido... aunque no demasiado consciente de ello. Pero lo que me llamó de inmediato la atención fueron sus ojos: agudos, observadores, aunque con cierto aire de abandono. Los ojos de alguien con mucho mundo, que sin embargo está solo. Los ojos de alguien que busca el amor, pero todavía no lo ha encontrado”. Así era el joven protagonista de Kennedy durante las tres cuartas partes de la novela. El resto, un divorciado padre de una hija, en la cincuentena, preso de sus recuerdos y esclavo de El momento en que todo cambió.
Parafrasea a Robert Graves, escucha a Bill Evans y admira a Samuel Beckett. Kennedy dibuja a un Nesbitt “solitario, una persona muy hábil para conseguir que los demás hablaran de sí mismos, pero claramente afligido por la soledad”. Una soledad marcada, entre otras cosas, por su reciente divorcio. La primera coincidencia entre autor y protagonista en la que la crítica califica como la más personal de las novelas de Douglas Kennedy. “Es la maldición del escritor (…) Necesita estar solo, necesita obsesionarse, y a los que tiene cerca no siempre les resulta fácil soportarlo”.
Tanto Nesbitt como Kennedy salen a correr cada mañana y disfrutan con la música clásica. Su amor por la pintura viene representada por el personaje de Alastair, un artista inglés con serios problemas de drogadicción, que comparte apartamento con Nesbitt en Berlín y cuyo proceso creativo embelesa. La descripción del resultado es propia de un entendido en artes plásticas: “La profundidad del color, la intensidad de las metáforas geométricas, la oscuridad visible en el interior de las formas y el funcionamiento del conjunto como un tríptico que invitaba al observador a comparar las tonalidades cerúleas que lo envolvían y a reflexionar sobre la infinitud del color azul, estaban perfectamente conseguidos y eran claramente extraordinarios”.
Kennedy es un adepto a capturar la fealdad de la vida moderna. Se recrea en la naturaleza auto-destructiva de las personas y en los traumas causados por padres, hijos o cónyuges. Quizás por eso hace que su protagonista sea, igual que él, hijo de padres infelices.
En una de sus entrevistas, Kennedy asegura que su madre ha sido una “mujer muy frustrada”. “Un día me comentó que si no hubiera tenido hijos, hubiera hecho una carrera en la NBC mucho más importante de la que tiene. Mi padre me dijo que eran bobadas”, apunta. “Gracias a ellos soy escritor de novela romántica”, afirma.
Douglas Kennedy (Nueva York, 1955) hijo de unos acomodados broker y asistente de producción de la NBC, vive entre Londres, París, Berlín y Maine (Estados Unidos), está divorciado y es padre de los adolescentes, Max y Amelia.
Tras su paso por la dramaturgia y el periodismo –donde ha escrito para The Sunday Times, The Sunday Telegraph, The Listener, The New Statesman, y las ediciones británicas de las revistas Esquire y GQ– comenzó su carrera como escritor con la literatura de viajes. En 1988 publica el primer libro titulado Más allá de las pirámides: Viajes por el Egipto desconocido, aunque sus grandes éxitos internacionales han venido de la mano de sus novelas románticas.
Kennedy ha sido traducido a más de 20 idiomas con obras centradas en complejos e interesantes personajes.
En 1988, su novela The Dead Heart llama la atención de un productor de Hollywood. Para la siguiente, The Big Picture, el editor Hyperion le ofrece 1,1 millón de dólares. Kennedy es vendido como el nuevo Grisham. Consigue otro millón con The Job. Así empieza una andadura literaria que le llevará en varias ocasiones a los primeros puestos de las listas de ventas.
Sus novelas han sido aclamadas particularmente en Francia, donde con más de tres millones de ejemplares vendidos del total de sus títulos, ha recibido la condecoración de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras. La crítica gala lo compara con Pat Conroy. En noviembre de 2009 recibió su primer Grand Prix du Figaro, otorgado por el periódico francés. Los medios lo describen como “el más francés de los escritores americanos”.
La cartelera francesa también ha visto algunas de las historias de su americano favoritoe en la gran pantalla. Es el caso de “La Mujer del Quinto Distrito”, dirigida por Pawel Pawlikowski y protagonizada por Kristin Scott Thomas y Ethan Hawke, que se estrenó el pasado 16 de noviembre.
El momento en que todo cambió, publicada en Estados Unidos a principios de año y en Francia hace poco más de un mes, es la décima novela de este prolífico autor.
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