La trilogía no sólo debe a Darwin su título, sino también parte de su concepción de la vida: una lucha en la que sólo sobreviven los mejores o los más fuertes. Y es que Baroja interpreta así su experiencia de la vida: sólo los que se aferran a un proyecto para vivir, con un sentido ajustado de la realidad, acaban saliendo adelante. Los otros sucumben, incluidos los buenos e idealistas que carecen de sentido práctico.
La trilogía de Pío Baroja, La lucha por la vida, relata la historia de Manuel, desde su llegada a Madrid hasta su inserción en la sociedad como obrero adulto, primero, y como industrial, después; tratando en cada una de las tres novelas el largo proceso de transformación de su protagonista hasta hacerse un sitio en la sociedad.
En la primera novela La busca, Manuel Alcázar, llega a Madrid siendo un adolescente, desempeña diversos oficios, cae en la compañía de los golfos de las afueras de la ciudad y vive como un delincuente entre ellos.
Mala hierba, la segunda novela, cuenta la vida de su protagonista durante los años fundamentales de su juventud, hasta que cumple los veintiuno, un largo periodo en el que no consigue incorporarse de forma estable a la vida honrada de los demás trabajadores.
Aurora roja cierra la trilogía y se ocupa de los años en los que Manuel, ya establecido como impresor, siente ciertas inquietudes sociales en el entorno anarquista de principios del siglo XX. Manuel ya no es aquel joven abúlico y ocioso llevado por unos y otros en las dos novelas anteriores. Ahora asiste regularmente a su trabajo y lucha por convertirse en un honrado industrial.
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