Y no pudo tener mejores presentadores que los que tuvo este libro, el editor Jorge Herralde y el escritor y cineasta David Trueba. Ambos se mostraron seguidores fervientes de la literatura del periodista y cuentista catalán Sergi Pàmies al que podemos seguir en las páginas del rotativo La Vanguardia y por supuesto en sus libros, nueve ya, donde el cuento se convierte en un arma arrojadiza de lo cotidiano, donde lo irreal y surrealista se hace habitual y donde los objetos más peregrinos y absurdos pasan a formar parte de nuestros elementos de uso diario.
¿Y que elementos son esos para el autor? Pues, el telescopio, la barbacoa y la bicicleta estática. Y este último objeto es el que da titulo a un libro de cuentos donde ninguno de ellos se titula así. El autor hizo inmediatamente una declaración de intenciones "yo no hago ejercicio, por eso me hice escritor" pero, al final, por indicación del médico -supongo que no sería amigo- tuvo que comprarla y también el uniforme para usarla, que no es otro que el conocido chándal deportivo que es el nuevo pijama para andar por casa más cómodo.
Al poco tiempo se dio cuenta que la bicicleta estática era un perfecto colgador para camisas recién planchadas, una utilidad más real e ingeniosa que para la que fue diseñada. Para el autor, la bicicleta estática "se compra cuando crees que el amor es para toda la vida" y todo se perdona pero cuando se saca de casa se saca con verdadera humillación porque la ven tus vecinos y amigos, es el símbolo de que algo se acaba.
Dice Pàmies que a su libro se le califica de autobiográfico y algo de razón deben tener porque está escrito simbolizando la época en que ha sido escrito, esto es la edad de los 45 a los 50 años. "Una edad en que la gente debe distinguir entre lo que vive, lo que cuenta que ha vivido y lo que inventan", señala y continua diciendo que "yo tengo una vida muy normal por reacción a la de mis padres, que tuvieron una vida muy anormal, querían cambiar el mundo", algo difícil de hacer ya que de momento nadie lo ha conseguido. Sus cuentos no son pues autobiográficos, sino lo que podía haber sucedido, quizá lo fueron, pero hasta ahora nadie contó como debería haber sido. Por ejemplo, el cuento sobre el fallecimiento de su padre, no es autobiográfico, es un cuento sobre la muerte de su padre tal cual.
Su filosofía narrativa la explica con la misma facilidad, "escribo para no tener que explicarlo, pero posteriormente tiene que presentar el libro para explicarlo porque siempre hay alguien que no se entera, "por eso cuando escribo dejo muchas pistas y cuando los lectores lo perciben sirve para algo realmente", como David Trueba que sí ha percibido la esencia de su escritura.
Y también está claro que en el cuento está la esencia de su escritura. "Escribí tres novelas, pero es un género mucho más obsesivo, monótono y, sobre todo, monógamo. El cuento es más promiscuo", señala y decidió que si quería salvar su matrimonio era mejor escribir cuentos que novelas, ya que estas se llevan un tiempo demasiado prolongado al que de momento no tiene posibilidad, al fin y al cabo es mejor saber escoger y encontrar las prioridades.
Introdujo la presentación el editor Jorge Herralde, que señaló el éxito de ventas de su anterior libro de relatos Si comes un limón sin hacer muecas que consiguió vender más de 20.000 ejemplares, título realmente original y que se debió a la habilidad de los hijos del escritor que, según el mismo, no anduvieron tan finos con el de este último volumen de relatos. Continuó el escritor David Trueba que hizo un exposición brillante sobre la obra.
Trueba calificó a Pàmies como uno de los grandes escritores catalanes del momento que "casi nunca decepciona", e invitó a los presentes a "si leen catalán en la intimidad, leerlo en ese idioma". Para él es una continuación del anterior, "es la crónica de la mediana edad, los que están en la mitad del camino de su vida y aporta una nueva visión filosófica al entendimiento de esa etapa de la vida". Es pues un canto a la edad media, perdón, a la mediana edad, a la edad en la que nos encontramos muchos lectores que tenemos que cuidar a nuestros hijos y a nuestros padres a la vez o a lo mejor es al revés. Lo que los americanos llaman sándwich generation, vamos que nos comen por los dos lados.
También señala que sus cuentos son algo surrealistas y que suelen acabar con un giro melancólico y una nota de humor, son los cuentos de lo cotidiano donde se descubre la soledad en la compañía, son un canto a la normalidad frente a la poética de lo épico. Son pues para Trueba unos cuentos "que te reconcilian con el espacio de la segunda edad", el espacio de la madurez más inmadura y una prueba de ello es la bicicleta estática, un objeto que si se compra puede ser una provocación, que se compra para destruir un matrimonio.
Yo de momento no me voy a comprar la bicicleta estática, pero sí el libro y espero que no lo tomen como una provocación, sino sólo para continuar pasándomelo bien como me lo he pasado en la presentación. Espero que a Sergi Pàmies no se le pinchen nunca las ruedas de esa bicicleta suya, me empezaría a preocupar.
Twitter: @Todoliteratura
Puede comprar el libro en: