Sus protagonistas son Lulu, que tiene miedo a los espacios cerrados; Garrison, que tiene miedo al agua; Madeleine, que tiene miedo a los insectos; y Theo, que tiene miedo a la muerte. Los cuatro pasan los veranos en una extraña escuela cuya directora, Mrs. Wellington, utiliza para curarles métodos, digamos, nada convencionales.
«En realidad, cada personaje es una faceta de mi personalidad. ¡Ellos son yo! Resulta embarazoso, pero es la verdad. Obviamente, llegaron a ser ellos mismos conforme avanzaba en la escritura, pero al principio eran sólo facetas de mi propia personalidad. Escuela de frikis tiene un mensaje: la única manera de superar los miedos es afrontarlos», explica la autora estadounidense.
Llega ahora la tercera y, por ahora, última entrega de la serie El examen final. Una entrometida reportera amenaza con publicar un artículo ofreciendo todo lujo de detalles sobre la vida en Summerstone y los métodos poco ortodoxos de Mrs. Wellington, revelaciones engorrosas que pueden implicar el cierre del centro.
¿De dónde ha obtenido la información? Algunos lectores de la saga ya lo saben, pero a nosotros nos está vedado revelar el nombre del chivato, aunque la directora no puede evitar señalar que es chica y que tiene querencia por los hurones…
Así las cosas, una vez más, el futuro de la escuela está en manos de sus alumnos, y para salvarla Madeleine, Theo, Lulu, Garrison y la recién llegada Dahlia, responsable de la fuga informa… ¡uch! ya lo hemos dicho, se proponen convencer a la periodista fisgona de que su escuela es una de tantas, igual a todas.
Es una misión nada fácil, porque Mrs. Wellington, lejos de disimular su extravagancia, va proclamándola a los cuatro vientos.
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