A medio camino entre el piropo y la carta de amor se encuentran los piropoemas, término acuñado por el poeta y catedrático gallego Chema Paz Gago. Está claro que los tiempos cambian y que el tiempo de la carta está quedando en desuso y con ello otro de los géneros literarios que más páginas han utilizado. El género de la correspondencia. Este género está abocado a utilizar el móvil si quiere subsistir.
Imaginen por un momento al poeta Jaime Gil de Biedma, que nos ha dejado preciosos y magnéticos libros de correspondencia, resumiendo sus inquietudes a unos pocos caracteres. Lo que se pierde en profundidad, se gana en ingenio e inmediatez. Esto es precisamente lo que hace el autor con grandes dosis de humor y de originalidad. Nos está abriendo las puertas hacia un futuro que todavía no atisbamos a ver y a comprender.
El prólogo ha sido escrito por el poeta Luis Alberto de Cuenca, que presenta al autor como a un experto seductor y lo sitúa en la tradición de "mañas eróticas" iniciada con Ovidio en su Ars Amatoria. El libro se estructura en 21 partes, que corresponden a 21 letras del alfabeto, empezando por la A (Alma/Amor/Aroma) y terminando con la Y (Ya/Yo), pasando por partes tan sugerentes como la P (Pasión/Piel/Placer) o la T (Tentación/Tersura/Tú.), o, la preferida de Luis Alberto de Cuenca, la E, con Enamorar/Eros/Éxtasis.
Estos piropoemas, desconocemos si van dirigidos a una o varias destinatarias. Si es una, no habría ningún poema, pero si son varias, esto le daría la razón a Luis Alberto de Cuenca y nos encontramos con un poeta seductor. Lo cual no es un contrasentido porque el poeta tiene la obligación de ser seductor, tanto de hombres o mujeres como de lectores. El poeta ha de seducir al lector y la ventaja que tiene este nuevo género que inaugura Chema Paz Gago tiene como premisa fundamental la inmediatez. ¿El riesgo? Que los piropoemas se borren por el miedo del poeta a ser cogido en una infidelidad. ¿El mérito? Saber conservarlos.
Si hace tiempo se utilizaban libros de cartas de amor para declarar nuestras intenciones a nuestra enamorada, cartas que se copiaban a escondidas y que decíamos que habíamos escrito nosotros, gracias a estos piropoemas, podremos copiar los whatsapp y enviarlos a nuestra amada diciendo lo mismo. Los medios cambian, pero las intenciones siguen siendo las mismas. El aspecto tecnológico cambia, pero seguimos siendo esos seres primarios que nos movemos con las mismas intenciones de siempre. Supongo que el próximo libro de Chema nos vendrá vía twitter. Otra colección de piropoemas para twitter. La idea no está nada mal.
José María Paz Gago es Catedrático de Teoría de la Literatura y de Literatura Comparada en la Universidad de La Coruña, autor de una vasta obra académica, además de dos libros de poesía: Manual para enamorar princesas (Sial, 2005) y Guía de lugares inexistentes (Pigmalión, 2011), traducidos a una decena de lenguas.
Poesía
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