El cine, como crítico que fue de la revista Cárteles al comienzo de su carrera y que luego continuaría con Lunes del diario Revolución; la literatura, a la que dedicó desde la publicación en 1960 de su primer relato Así en la paz como en la guerra todas sus energías y a las mujeres, personificadas en Mirian Gómez con la que compartió gran parte de su vida y de la que nunca se separaba, de hecho el director cinematográfico Fernando Trueba, uno de los presentadores del libro y gran conocedor de la cultura cubana, siempre recuerda haberlos visto juntos, “ más que una pareja eran una santísima dualidad”, dijo zumbón.
Las cuatro personas que presentaron la obra, el editor Joan Tarrida, el director de las obras completas, compilador y prologuista Antoni Munné, el cineasta Fernando Trueba y Mirian Gómez, padecían con el escritor cubano la conocida “maldición de Gutenberg”, todos han tenido que ver con el impresor de alguna manera, trabajando todos para la editorial que lleva su nombre. Unos publicando como Cabrera Infante y Trueba, los otros trabajando para ella.
El primer volumen incluye toda la producción que sobre cine escribió en Cuba, el segundo constará del resto de la obra que escribió sobre el séptimo arte, pero en esta ocasión, en el exilio. Los siguientes volúmenes darán paso a su obra narrativa y ensayística. Según el director de las obras completas “la mitad de las mismas no son conocidas por el gran público, ni siquiera yo me he leído toda la producción de Guillermo”, declaró Munné en la presentación.
Y es que las más de 1.500 páginas que componen el primer tomo son una cantidad ingente de lectura, que hará difícil leerlas de seguido, más bien la lectura habrá de ser aleatoria, porque el contenido se presta a ello. Se pueden leer críticas, artículos y entrevistas, entre otros géneros, pero es quizá la crónica donde la pluma de Cabrera Infante se muestra más versátil y universal. Todas con un denominador común, “lo bien escritas que están. Es un escritor puro. Es literatura en estado puro”, afirmó el ganador de un Oscar de Hollywood por El siglo de las luces.
Este año se ha quedado a las puertas de volver a conseguir otro por la película animada Chico y Rita, cuyo personaje está claramente inspirado en Dorothy Dandridge, la protagonista de Carmen Jones, y de muchos otros personajes de comedias musicales de los años treinta tal como en la película de los hermanos Marx Un día en las carreras, a Dorothy Cabrera Infante veneraba y fue con Marlon Brando, de visita en Cuba, a saludarla en cierta ocasión en la que le estaba entrevistando.
“Toda mi vida he odiado a Marlon Brando. Le he detestado y creo que es culpable de muchas enfermedades del cine contemporáneo. Pues bien, después de leer la entrevista que le hace Guillermo, ha conseguido que me caiga bien”, explica Trueba. Para el director Cabrera Infante tiene cualidades únicas que hace que te haga “tocar, sentir y, hasta, oler a los personajes de los que escribe”, continuó diciendo.
Se puede decir que Guillermo Cabrera Infante elevó la crítica cinematográfica a arte, con una forma nueva de escribir, más sensorial y humana que hizo que el nuevo periodismo bebiese en su literatura y del que sería claramente su predecesor y su inventor. Llegó a la literatura por el cine, él quería ser crítico de cine, no literato. Al final fue las dos cosas y las dos las hizo de manera genial. Cuando a un niño se le pregunta qué quiere ser de mayor ninguno dice que quiere ser crítico de cine. Cabrera Infante a lo mejor no llegó a decirlo, pero pensarlo casi seguro que lo pensaría.
Cuando Fernando Trueba escribió su diccionario de cine, la única persona que tiene dos entradas es Cabrera Infante, una como tal y otra con su seudónimo Caín, contracción del inicio de sus dos apellidos. Trueba se mostró deudor del escritor cubano por su amor a la cultura y música cubana, “mi primer contacto con La Habana fue a través de la novela de Guillermo Tres tristes tigres, en una época en que se sacaban los libros a pasear, en que se los quería, no como ahora, que se los maltrata”, explica el cineasta.
Miriam Gómez recordó emocionada los buenos y los malos momentos que vivió con el escritor y después de su muerte en que se quedó arruinada y fue gracias a Mario Vagas Llosa y Toni Munné por los que pudo levantar el ánimo. A ellos se unió Joan Tarrida, que apostando por la edición de calidad. Quiso publicar las novelas inéditas del escritor cubano y comenzar con las obras completas, un trabajo que lleva más de cinco años para empezar ahora a dar sus frutos con la edición de este primer volumen.
Miriam recuerda los malos momentos que padeció el escritor a raíz del cierre del suplemento Lunes del diario Revolución. “Guillermo fue el primer represaliado del régimen castrista, fue el primero en desencantarse del régimen de los barbudos, el primero que se dio cuenta del totalitarismo que le venía encima a la isla, después de haber padecido una dictadura como la de Batista”, recordó la compañera del escritor.
Esos malos momentos de ostracismo se superaron con amigos como Trueba y otros escritores españoles que le ayudaron, como después lo hicieron a raíz de la muerte. La foto de la portada es de esa época, de cuando tenía unos 32 años y vivía ya represaliado. “Ahora mismo la literatura de Guillermo sigue prohibida en Cuba”, afirma Miriam. Y para conseguir sus libros hay que acudir a un mercado negro, como explica Trueba, donde siguen vendiendo y leyendo su obra a escondidas.
La ingente obra que ahora comienza a editarse es un descomunal trabajo del Toni Munné que ayudado por Miriam Gómez les va a llevar años llevar a cabo. Todos los textos reunidos, casi la mitad inéditos, dan sentido a una vida, una vida con las pasiones que señalamos antes. Una vida que supo ver antes que nadie muchas cuestiones, tanto de cine, como las películas de serie B, como de literatura, relatos originales de los que bebieron escritores como Cortázar o como de política, con el régimen totalitarista cubano que pervive a contracorriente del sentido común.
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