Ambientada en el verano de 1968,
Sangre vagabunda redunda en las obsesiones de una escritura que transita de los bajos fondos a la alta política. La novela arranca poco después de los asesinatos de Luther King y Robert Kennedy, cuando un grupo dedicado al juego sucio está listo para desplegarse en la Convención Demócrata de Chicago. Los militantes negros combaten en el sur de Los Ángeles, acosados por los federales. Y el destino ha colocado a tres hombres en el vórtice de la Historia. Dwight Holly es el matón preferido de J. Edgar Hoover, el que pone en práctica sus planes racistas para preservar la supremacía blanca. Wayne Tedrow, ex policía y traficante de heroína, está construyendo una meca del juego para la mafia en República Dominicana. Y Don Crutchfield es un joven detective privado de ética dudosa. Sus historias se cruzarán al perseguir el rastro de Joan Rosen Klein, una activista de izquierdas, que ha descubierto la necesidad de combinar la acción política y la lucha armada y cada uno de ellos pagará «un precio elevado y feroz por formar parte de la Historia».
En esta última entrega de la Trilogía Americana, Ellroy multiplica los personajes y los escenarios, exigiendo al lector un esfuerzo prolongado. Sangre vagabunda es una novela negra, que puede abordarse como un riguroso trabajo de investigación periodística. Es un relato policiaco, que estudia el intervencionismo norteamericano en la política internacional. Es una obra de intriga, que explora las motivaciones psicológicas, las pasiones y parafilias del ser humano, con su carga de miseria e irracionalidad. Y aunque Ellroy ha echado el ancla en los 60, su literatura refleja con anacrónica precisión un presente que no cesa de vomitar basura y mediocridad.
A su vez, Ellroy ha reconocido que algunos personajes tienen características de sí mismo, del propio escritor (tuvo una crisis nerviosa antes de empezar el libro, como la que sufre Holly, y de joven fue un mirón, como Crutchfield), y otros, los que no son históricos, están inventados. Para escribir un libro así de grande y complejo necesita tener clara la trama con un guión previo que en este caso sumó 400 páginas. Contrata a investigadores para que le documenten sobre los hechos históricos de la época, y luego él introduce la ficción.
En definitiva, Sangre vagabunda es una novela negra de un alcance y una profundidad asombrosos, un gran relato de corrupción y castigo, de ideales opuestos y del amor llevado al extremo, escito por James Ellroy, uno de los grandes escritores de novela negra contemporánea. Varias de sus novelas, entre las que destacan L. A. Confidencial o La Dalia Negra, han sido consideradas libro del año por medios como Time, The New York Times y Los Angeles Times. Gracias al crudo retrato que hace de la Norteamérica racista y conservadora, recibe el sobrenombre de “Perro rabioso de las letras norteamericanas”.
Finalmente, anunciar que un próximo libro, The Hilliker Curse, será una reflexión autobiográfica sobre él y las mujeres, y se publicará el año que viene. Ellroy asegura que nadie de su generación ha escrito sobre el romanticismo masculino. Después se pondrá manos a la obra con otro cuarteto anterior en el tiempo a la tetralogía de Los Ángeles, ubicada en los años 50 y en la que se cuentan L.A. Confidential y La Dalia Negra.
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