La novela narra la gestación de la principal batalla de la Reconquista
Proclamada la Jihad por el imperio almohade, un poderoso ejército con los más temibles guerreros de todo el Islam cruza el Estrecho. Una marea de fanatismo islámico amenaza con arrollar a los reinos cristianos de España y proclama su voluntad de convertir a la misma Roma en caballeriza de los musulmanes. El destino y la supervivencia de la Cristiandad están en juego. El Papa declara la Cruzada. De todos los rincones de Europa llegan ultramontanos para participar en la batalla.
Tres reyes de España unen sus fuerzas para cabalgar juntos hacia la muerte o hacia la gloria. Nadie queda ajeno a la tormenta desatada, nadie fuera de una movilización sin precedentes: hombres curtidos de la frontera encuadrados en sus milicias concejiles, nobles, aguerridas mesnadas y las grandes órdenes militares de Santiago, Calatrava, Hospital y Temple. En medio de pasiones desatadas, la Cruz y la Media Luna, la libertad y la sumisión, dirimen a espada su conflicto ancestral. Amanece el 16 de julio de 1212 en Las Navas de Tolosa...
Partiendo de la historia de cuatro amigos que se ven obligados a abandonar el pueblo gallego del que son originarios por cazar en los cotos de un noble, Enrique de Diego logra trazar una historia que disecciona cada una de las capas que componían la sociedad y el contexto histórico de la península Ibérica en la Edad Media. Cada uno de ellos tomará caminos diferentes para terminar confluyendo en la gran batalla que decidió el destino de los reinos cristianos de manera determinante. De mano de cada uno de ellos construiremos en nuestras cabezas los diversos aspectos de Castilla en el siglo XIII: la manufactura de armas, la medicina, la agricultura, la ganadería o la defensa frente a las razias de los musulmanes para evitar los saqueos en los pueblos fronterizos se relatan con una precisión magnífica.
Pero para dar una mayor complejidad a la acción y un sentido global a su novela, Enrique de Diego también introduce otros hilos narrativos con los que nos mete de lleno en la alta política de ambos bandos y en sus diferentes visiones del conflicto. Así, esta novela nos muestra cómo reyes, nobles, califas y religiosos tomaban decisiones decisivas para el curso de la guerra y para el desarrollo de las poblaciones de ambos lados de la frontera que dividía nuestra península.
Por otro lado, hay que destacar que este libro pone de manifiesto la mayor tolerancia religiosa que había en los reinos cristianos de España con respecto a los otros países europeos. En Castilla y Aragón convivían, prácticamente sin problemas, cristianos, judíos y musulmanes (pese a que algún que otro brote antisemita o anti islamista sí que tuvo lugar, con el consiguiente revuelo y una gran bronca). Este era uno de los puntos que no comprendían las naciones europeas: que pudiéramos convivir con judíos y musulmanes estando en guerra abierta con estos últimos. Pero bueno, España siempre ha tenido sus peculiaridades. Además, aunque casi no se mencione en la novela, el rey aragonés Pedro II, participante en la batalla de las Navas de Tolosa, se enfrentó en territorio galo a los cristianos que atacaban de forma despiadada a los cátaros, súbditos de Aragón que eran considerados herejes por los cristianos franceses y murió en uno de estos combates.
En definitiva, una novela que retrata al completo la diversidad cultural y religiosa de la península Ibérica en el siglo XIII, llena de acción y de un tono épico como el que se merece la gran batalla que da nombre a esta novela.
Críticas literarias
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