«Me he lanzado a una empresa que poca gente ha intentado hasta ahora: contar las aventuras de esta lengua latina que tanto amo, de esta reina de las lenguas, desde sus orígenes hasta nuestra época, en la que son muchos los que piensan que habría que abandonarla, declararla muerta y enterrarla. Me opongo rotundamente a estas personas y demostraré que el latín no ha muerto ahora, sino que murió hace dos mil años y que esta «muerte», si puede hablarse de muerte, le ha permitido gozar de una vida casi eterna.», ha explicado Wilfried Stroh sobre el por qué ha escrito el libro
Esta breve historia de una gran lengua se lee casi como un thriller, pero los especialistas en lenguas clásicas gozarán con la pluma ágil y afilada de este profesor que consigue demostrar la utilidad del latín para conocer mejor nuestra historia y nuestra cultura... y para aprender otras lenguas. En un alarde de capacidad pedagógica, Stroh recurre a las citas más sabrosas para ilustrar su tesis y con un entusiasmo que contagia nos presenta a una multitud de escritores latinos, desde los más divertidos (cómicos y satíricos) hasta los más serios (Cicerón, Newton, Karl Marx), pasando por los humanistas y los jesuitas.
Wilfried Stroh nació en 1939 en Stuttgart y se doctoró en estudios clásicos en 1967 en Heidelberg. De 1972 a 1976 fue profesor en la Universidad de Heidelberg y a partir de 1977 ha ejercido de profesor en la Ludwig-Maximilians-Universität de Múnich, donde es profesor emérito de filología clásica. Desde distintos medios, como la radio y la televisión, Wilfried Stroh lleva a cabo una intensa labor de divulgación y reconocimiento del latín como lengua de la cultura.
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