Entre tormentas afectivas y sátira social, Los cansados penetra en el mundo desconocido de los hijos y en el no menos desconocido de los «postpadres». Un viaje hacia una generación que se ha extendido horizontalmente por el mundo y quizás desde esa postura pueda ver cosas que los «erectos» todavía no ven o ya no quieren ver.
Jóvenes, guapos y tirados a todas horas entre el sofá y la cama. Son los cansados, los hijos adolescentes, conectados con el mundo pero desconectados de sus padres. El libro de Serra —una de las mejores plumas del periodismo italiano, siempre en perfecto equilibrio entre la crítica cáustica y la ironía más sutil— ha sido en Italia todo un éxito editorial con cientos de miles de copias vendidas. Momentos hilarantes se alternan con reflexiones tiernas y profundas sobre el oficio de ser padres y el perpetuo conflicto generacional implícito en la relación padre-hijo, actualizado en los tiempos de internet.
Serra observa esta generación hiperconectada con una curiosidad casi periodística. Como si fuera un hombre aterrizado en un planeta habitado por alienígenas envueltos en amplias sudaderas de colores, con el pelo despeinado y calzando enormes zapatillas con las que pisan, sin levantarse del sofá, las pocas certezas educativas de toda una generación de padres post-sesenta y ocho. Sin embargo no hay condena para estos jóvenes cansados; ni podría haberla, porque a Serra —convencido relativista cultural— le faltan las prerrogativas del juez: autoridad, ejemplaridad, paciencia y severidad. En cambio, hay mucha comprensión y una sensibilidad conmovedora que ciñe en un ideal abrazo a los padres y a los hijos, a pesar de sus diferencias y a partir de ellas. Por eso el libro de Serra se podría definir como una novela transgeneracional, que gusta tanto a los adolescentes cansados como a los adultos cansados de los adolescentes, a pesar de ser irónicamente crítica con unos y otros.
Cada uno ve reflejada una parte de su realidad; cada uno busca sus idiosincrasias en la pequeña guerra cotidiana de un padre relativista con su hijo cansado; los padres lo leen como un curso de introducción a los misterios de una generación que nunca apaga el IPad; los hijos lo leen como un manual para confrontarse con una generación de padres que no tienen una cuenta en Facebook. En el conflicto generacional, Internet es tierra conquistada por el bando de los jóvenes. De hecho, a raíz del éxito de la novela hasta se ha creado un perfil de twitter del protagonista cansado, con un divertido subtítulo: «Mi padre ha escrito un libro sobre mí y ahora en el instituto todo el mundo me toma el pelo». Los hijos, desde el sofá, empiezan ya su venganza a golpe de tweets y posts, como no podía ser de otra forma. Serra ha dado en el clavo.
Un libro inclasificable (novela, memoir, reflexión, diálogo teatral, «autobiografía generacional, manifiesto), que es casi un ser vivo y que no dejará a nadie indiferente, porque no todos somos padres, pero sí que todos somos hijos.
Michele Serra nació en Roma en 1954. En la actualidad vive y trabaja entre Bolonia y Milán. En la ciudad lombarda, a la que llegó con cinco años, consiguió el bachillerato clásico y se apuntó a la Facultad de Letras, que dejará sin licenciarse con veinte años para empezar a colaborar con el diario L’Unità, fundado por Antonio Gramsci, donde fue redactor y enviado especial de deportes. En este periodo Serra dio a conocer su brillante y ecléctica escritura, que abarca, con la misma desenvoltura, crónicas, comentarios políticos, reseñas literarias, notas de viaje y entrevistas, y que lo llevaría a colaborar con importantes periódicos como Epoca, L’Espresso y Panorama. En 1986 empezó a escribir también para Tango, el entonces suplemento satírico de L’Unità, ganando en ese mismo año el Premio Satira Politica Forte dei Marmi.
En 1989 fundó el semanal satírico Cuore, que dirigió hasta 1994. Dos años más tarde empezó la larga colaboración con el diario La Repubblica, para el cual redacta cotidianamente su exitosa columna L’amaca, en la que, con su habitual ironía, comenta los hechos del día. Ha escrito textos para el teatro y la televisión (colaborando con Beppe Grillo o Adriano Celentano) y ha publicado los libros de poemas Poetastro (1993) y Canzoni politiche (2000), los libros de relatos Il nuovo che avanza (1989) y Cerimonie (2002, galardonado con el premio Procida Isola di Arturo-Elsa Morante), el libro de viajes Tutti al mare (1990) y las novelas Il ragazzo mucca (1997) y Los cansados (2013), con la que ha obtenido su mayor éxito de ventas y de crítica.
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