Revelándonos sus métodos y denunciando a los impostores, pretende «conmemorar ciertas formas de entretenimiento a las que el olvido amenaza con sumir en la oscuridad bajo la envergadura de sus grandes alas».
Iban Barrenetxea nos lleva a un teatro de principios del siglo xx para asistir a una mágica velada con el gran Houdini.