La crisis actual no se limita a uno o dos países ni a uno o dos sectores, es una crisis muy amplia que afecta a todo occidente. En estos tiempos se hace necesario un liderazgo fuerte, sólido y creíble que sepa dónde ir y cómo. Es esta una de las tesis del libro. Claramente en Europa no hay un líder con el suficiente carisma, pero en Estados Unidos, Barack Obama sí ha sabido hacerse con el liderazgo político y moral de un país que, gracias a recetas novedosas, está consiguiendo salir de la crisis.
En pleno descrédito de la política y de las instituciones, Felipe González es uno de los líderes europeos de referencia de los últimos 30 años, quizá demasiado sobrevalorado porque su obra intelectual es escasa y de pequeña entidad. Hace una aportación fundamental al debate actual partiendo de su amplia experiencia al más alto nivel. Protagonista de la modernización, primero de su partido y luego de su país, En busca de respuestas no ofrece soluciones huecas, sino que explica cómo conseguirlas. Lástima que en sus años de poder no las aplicase y colaborase al descrédito de la clase política con acciones como la financiación ilegal de su partido.
Cuando hace escasos meses participaba en la presentación del libro de su ex ministro de Educación José Antonio Maravall titulado Las promesas políticas, González se ponía de perfil cuando se le indicó que el primero que incumplió una promesa política de calado fue él, al engañar a millones de españoles con la promesa de la salida de la OTAN. Aquel fue el punto de partida de su descrédito personal y de los políticos en general. Las numerosas explicaciones que dio solo sirvieron para corroborar su escaso calado político e intelectual pese a participar en presentaciones de libros de indudable interés como el de Gobernanza inteligente para el siglo XXIde Nicolas Berggruen y Nathan Gardels.
El ex líder socialista en estos último años se ha mostrado remiso a hablar ante los medios de comunicación que no sean afines. Y sus opiniones las da a cuentagotas y siempre en foros reducidos con grandes intereses económicos. Todo lo contrario de lo que hacía en sus comienzos cuando atendía amablemente a cualquier periodista que se le acercase. Es un claro ejemplo de político endiosado que no ha sabido evolucionar nada más que en el plano económico, aliándose con empresarios de baja catadura moral e intelectual.
Felipe González Márquez (Sevilla, 5 de marzo de 1942) fue secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) desde 1974 a 1997 y tercer presidente del Gobierno desde la reinstauración de la democracia en España, desde 1982 a 1996.
Estuvo trece años y medio en la presidencia del Gobierno, uno de los mandatos más largos de la historia moderna ?y de toda la democracia? en España. Bajo su dirección, el PSOE logró dos mayorías absolutas consecutivas: la de 1982, con 202 diputados en el Congreso, y en 1986, elecciones en las que obtuvo 184 diputados; asimismo, en 1989 obtuvo 175 diputados, exactamente la mitad de los que componen el hemiciclo.
En 1993 perdió la mayoría absoluta, obteniendo 159 diputados. Tras este resultado, el PSOE pactó con Convergència i Unió para poder formar gobierno. En1996, perdió las elecciones al lograr 141 diputados frente a 156 que consiguió el Partido Popular. Fue elegido diputado por última vez en 2000, año en el que concurrió a las elecciones en la lista del PSOE por Sevilla.
Desde 2010 forma parte del Consejo de Administración de Gas Natural Fenosa. Mantiene una relación comercial con el empresario mexicano Carlos Slim, una de las mayores fortunas del mundo, y se le atribuyen múltiples negocios hoteleros en países como Marruecos o Venezuela.
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