Rezuma sinceridad, lo que no es habitual en libros de memorias políticas. No tiene inconveniente al hacer pasar por su pluma momentos tan dolorosos como el enfrentamiento con su amigo de juventud Felipe González o la salida del gobierno... el único trastorno, si lo hubiere, es la perturbación espiritual que le supone recordar situaciones delicadas particulares.
"Hay millones de personas que me quieren, que me tienen confianza y creen que soy honesto, integro, coherente y eso me reconforta"
Una página difícil de arrancar es un relato íntimo y personal en el que refleja sus sentimientos en diversos momentos, como por ejemplo, cuando la muerte se le muestra más cercana. Tal vez este paso por la dureza de la vida, se refleja en su rostro, que deja de ser crispado y duro para mostrarnos un Alfonso Guerra afable, sensible y desconocido, tengo que admitirlo, para muchos. Es feliz así, pensando y recordando su vida, en la que a lo que más importancia da, es a la gente que le rodea y le quiere, esos cientos de miles que lo reconocen y en los que no siembra animadversión, "aunque haya 400.000 que me tienen ganas".
Este libro aclara aspectos de la historia reciente del país; editor y autor están de acuerdo en que es una obra de consulta y de referencia para los historiadores, no en vano empezar a publicar esta trilogía de memorias ha surgido de unas vacaciones que pasó en 1996 con el historiador John H. Elliott y que le "abrió los ojos" a esta posibilidad, ya que Alfonso Guerra pensaba en su fuero interno: "se han contado las cosas de manera tan diferente que, si ahora yo las voy a volver a contar, no me va a creer nadie."
Comienza Alfonso Guerra hablando de su libro, diciendo que este tomo cierra la publicación y una etapa de siete años, puesto que tardó dos años en escribirlo y por tanto se pasó cinco para saber si era conveniente encarar este último volumen de memorias, porque iban a causarle dolor, principalmente por el momento que vive el socialismo y ahora su partido y que es coincidente con su publicación.
Agradece al editor Ramón Perelló, que ha tenido la visión de futuro, por su insistencia y su ayuda y también por los consejos para suprimir mucho... porque este libro, nos dice el autor tiene la diferencia con otros publicados por otros personajes, de que estaba escrito por él. Es su puño y letra, no hay negros, y para demostrarlo nos muestra el último de los cuatro cuadernos, rojos por más señas, en el que le salen 563 páginas manuscritas, y como una curiosidad cuenta que siempre utiliza la página de la derecha y al igual que hacía Antonio Machado, cuando llega a la mitad del cuaderno, le da la vuelta, empieza por atrás y vuelve a seguir utilizando la página derecha. Esta es la única condescendencia que hace el Sr. Guerra a la derecha en una mañana dedicada a la política en la rueda de prensa, en la que llama "el señor de la capa a Aznar" o dice que si Groucho Marx, (la secretaria general del PP) no es capaz de despertar a Mariano, ya no lo hace nadie y poco más se puede hacer con este "dormilón"
"Rajoy, el día que ganó las elecciones, se quedó dormido y nadie se lo ha dicho todavía"
Más de 2500 hojas de libreta tamaño folio rellenas a mano, se convierten en un libro de 1200 páginas y con la inestimable ayuda de Ramón Perelló, lo ha dejado reducido a este interesante volumen de 642. El tomo está dedicado, además de a la familia, lectores y amigos, a los tres políticos de referencia en su vida personal: Roberto, Gregorio y Luis.
"Cuento lo que yo he vivido y sobre todo la verdad de lo que yo he vivido"
Ni el más rico del mundo puede cambiar el pasado; intenta cerrar la historia que otros quieren borrar sin zaherir a nadie gratuitamente ¿para qué hacerlo? "Pretendo generar pensamiento y sentimientos y lo hago con dos principios: claridad y estilo; no quiero hacerlo de manera vulgar. Me apasiona el castellano"
Me apasiona el castellano
El autor dota a la obra de rapidez interna, lo que le confiere rapidez lectora y eso siempre da frescura, máxime cuando se utiliza la crítica y este libro tiene mucho de autocrítica, la ternura, la reflexión y el análisis político. Lo que ha vivido y cómo lo ha vivido. Siempre desde posiciones progresistas, porque "siempre habrá progresistas y retrógrados; progresistas son los que están contra la injusticia y la ignorancia del ser humano".
Explicó cómo ha evolucionado el socialismo en 20 años y que no se ha respetado el principio de: "cuando no está roto, ¿para que arreglarlo?"... Piensa que cada generación ahora está llegando con la pretensión de arreglar el mundo pero no de sacrificarse lo suficiente por ello. "Se ha ido creando el caldo de cultivo con la voz de las ideas; ahora que ya las tenemos hay que adoptarlas"
Es imposible que los jóvenes puedan dirigir las juventudes de nadie si desde el minuto uno llegan con coche oficial. Dice Guerra "no dejo de dar opinión a todos los que me escuchan, pero luego no hacen caso. Hay que dejar a la nueva generación de políticos que hagan su trabajo, aunque "una reunión de viejas glorias, no me importaría", si fuese precisa para tratar de mejorar la situación. No se puede tener suerte si no se intentan nuevas fórmulas menos costosas para las arcas públicas.
"Desde el 82 los partidos políticos no ganan elecciones, las pierden otros"
Dice Alfonso Guerra de su libro y de sí mismo, que es un homenaje a la coherencia entre la palabra y la acción
Este libro es un homenaje a la coherencia entre la palabra y la acción
El sentimentalismo que embarga en estas horas a este Alfonso, le lleva a decir que para conocer la profundidad del alma hay que vivir dichas y después descender algunos escalones del infierno. En este libro se profundiza tanto en el alma humana como en la vida de los años dedicados a la política y a problemas que han causado mucho ruido o mucho dolor y que son tratados con claridad y con verdad. Dice el ex vicepresidente que con sucesos como el atentado de Hipercor se han tambaleado las estructuras de nuestro país. Con esta intención de llegar al alma de lo humano y al realismo material de la historia, Guera ha escrito "Una página difícil de arrancar". De ahí lo descarnado del título de la obra que le costó tanto parir, como encontrarlo y que agradece a su editor el subtítulo del que se sonroja como merecedor y donde le califica como "un socialista sin fisuras". Ahora al fin el autor se siente aliviado porque "he sufrido escribiendo todas y cada una de estas páginas" y se ríe recordándonos de nuevo que estas memorias han salido de su puño y letra y como entre medias, el editor le envió las de Bono donde no sabe si sale bien o mal parado, ya que las metió en el cajón sin leer.
Concluye la presentación "literaria" de su libro diciendo que se alegraría de recibir y tener que contestar a tantos correos como con los anteriores.
Felipe Gonzalez que viva como quiera, yo no me quejo, estoy bien. "A mí, el abrazo del dinero no me va a coger."
Está claro que esta mutación es cuestión del paso del tiempo y ahora Alfonso Guerra se hace protagonista de su consabida y acuñada frase: "A este país no lo va a conocer ni la madre que lo parió". Habrá que leer sus memorias para conocerle y reconocerle de nuevo en todo su esplendor, al filo de los 73 años que cumple el 30 de Mayo. Como el buen vino, ¡mejora con los años!.
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