Es en este mes cuando aprovechamos para leer la obras de evasión que no se han leído en el resto del año, creyendo que la ligereza de estas cuestiones nos va a hacer pasar un rato entretenido, pero, la sorpresa delDemiurgo surge casi nada más empezar con una lectura desasosegante, bien trenzada e, indudablemente, bien documentada, ya que los autores han estado más de cuatro años escribiendo un gran juego de rol que se convierte en una masacre.
Cuando los dos protagonistas pierden un concurso sobre un juego rol, pergeñan una venganza que se convertirá en la mayor oleada de crímenes en España. Una masacre que se va cometiendo siguiendo un premeditado juego de rol y que se hace como si fuesen los crímenes de unos asesinos en serie. Para ello, tienen como protagonista al Demiurgo, según la doctrina agnóstica y plutoniana, el creador de mundo. Un creador que hace un mundo pero puede destruirlo.
La representación del Demiurgo que viene en la portada del libro dice bastante. Un ofidio coronado por una corona de 15 puntas, que serán los asesinatos que llevaran a cabo los protagonistas en diferentes y distante partes de nuestra piel de toro. La policía, despistada por los crímenes, conformará un grupo de investigadores heterogéneos donde se encontrarán tanto detectives como una exuberante periodista, que pone un punto erótico en la novela, un periodista radiofónico especializado en cuestiones exotéricas y un extraño investigador y estudioso que vive retirado en la Costa Brava.
Todos esos protagonistas comienzan a investigar unos crímenes que se les escapan a los policías especializados en temas extraños. Por otra parte, dos de los habitantes del pueblo maño del Frasno, donde tienen los asesinos su centro de operaciones, siguen una investigación paralela que dará un increíble resultado.
Con todos estos mimbres, Francisco Elipe y Ferrán Cubells pergeñan una novela negra con tintes de novela policiaca pero también de thriller, ya que la acción se desarrolla de una forma vertiginosa, sin dar tiempo a respirar al lector. Han conformado un potente, sólido y vertiginoso thriller que tiene partes de crítica social. Los autores no se casan con ninguna instancia del país y reparten con sabiduría y humor palos a todos los que se lo merecen. Ironía a raudales y buen humor es lo que caracteriza a estos dos escritores primerizos que escriben como si llevasen toda la vida haciéndolo, que es al fin y al cabo lo que han realizado aunque no de forma profesional.
Demiurgo es una novela coral, con muchos protagonistas y con muchos personajes que pasan por las páginas de esta singular obra, que no sólo nos hace enfrentarnos a unos asesinos en serie, sino a la idiosincrasia de un país que malvive con una crisis económica galopante y sin visos de solucionarse a corto y medio plazo. Aunque si nuestros dirigentes tuviesen la inteligencia de este grupo de investigadores el resultado de la crisis no duraría más de un telediario.
Estamos ante un texto cuyo valor irá aumentando según pasa el tiempo, por su originalidad, por su planteamiento y por los temas que muestra. Ya quisieran muchos reconocidos escritores extranjeros plantear una novela como lo han hecho estos dos empleados de Repsol. Con el añadido que han tenido que ponerse de acuerdo para escribir unas páginas de una lucidez extraña e inquietante. Después de la lectura de la novela damos gracias porque nuestros delincuentes no tengan la inteligencia de estos asesinos transformistas. Aunque nunca se sabe y muchos accidentes se revistan de casualidad en vez de ser algo premeditado. Inquietante.
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