A los ocho años, Beth Harmon es una huérfana callada, introvertida y, según todas las apariencias, sin nada especial. Pero entonces juega su primera partida de ajedrez. Sus sentidos se aclaran, su inteligencia se afina, y por primera vez en su vida se siente plenamente al control.
A los dieciséis años ya está compitiendo en el Abierto de Estados Unidos. Pero al mismo tiempo que Beth mejora sus habilidades en el circuito profesional, las bazas en juego son cada vez más elevadas, y su aislamiento cada vez más terrible, hasta que la idea de escapar se vuelve irresistiblemente tentadora.
El título de Gambito de reina ya nos podía dar una idea acerca de la temática que iba a tratarse en esta novela debido a que es el nombre de una de las aperturas de ajedrez en la que se empieza moviendo el peón de reina. El ajedrez ya ha sido temática de grandes bestsellers como las novelas de Katherine Neville, pero en este caso viene orientado con una perspectiva mucho más realista, ya que nos narra la historia de una niña prodigio con talento innato para el ajedrez y su progresión desde un orfanato hasta su participación en torneos internacionales.
De este modo, Walter Tevis desarrolla uno de los temas predilectos en sus novelas: el juego, centrado en este caso en el ajedrez y en la gran obsesión en la que puede convertirse, cómo puede ayudarnos a salir adelante en determinadas situaciones adversas o cómo es el desarrollo de las capacidades de la protagonista en el ajedrez para llegar a ser completamente brillante. A su vez, hay que destacar que pese a que el ajedrez sea un juego bastante complicado en cuestiones de táctica y estrategias, la novela lo trata con gran sencillez y las jugadas o el desarrollo de las partidas son fáciles de seguir y entender incluso para aquéllos que sabemos lo básico y lo mínimo de ajedrez.
Por otro lado, el tema de las adicciones también es uno de los grandes pilares de la novela. Todo comienza con el uso de tranquilizantes en el orfanato en el que estaba internada Beth desde el fallecimiento de su madre, ya que ayudaban a que los niños fueran menos revoltosos y más fáciles de controlar y, pese a que posteriormente se prohibió su uso, Beth no logró dejar su adicción a ellos hasta mucho después. También el tema del alcoholismo se trata en profundidad a raíz de una de las depresiones de la protagonista.
En definitiva, apasionante y trepidante, Gambito de reina nos cuenta la historia de una niña prodigio del ajedrez. Se alzó desde un orfanato hasta los campeonatos regionales de ajedrez, y luego desde Nueva York hasta el Moscú de la Guerra Fría y cómo su genialidad se combinó con su fragilidad para hacer de su carrera una torturada sucesión de hazañas.
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