"La profecía maya", de Mario Escobar

Mario Escobar es un reputado escritor de thriller, quizá el autor español más prolífico en este género. Sus obras están llenas de misterio, emoción y pasión. Una vez que se comienza a leer un libro suyo no se puede dejar encima de una mesa sin terminarlo, porque tiene el don esencial de la intriga. Todas sus páginas están llenas de esa cualidad. Sus capítulos brevísimos, de apenas una página, siempre terminan de forma abrupta, nos dejan en situaciones límites que nunca sabremos por dónde irán.

Terminada su saga del investigador Hércules Guzmán Fox, Mario Escobar ha encontrado un nuevo investigador, Allan Haddon, antropólogo, más actual que el anterior, ya que es contemporáneo nuestro, en vez del héroe de principio del siglo XX. El nuevo protagonista está envuelto en temas más actuales y qué mejor que el acontecimiento que puede suceder dentro de escasamente siete días. Quizá sea ésta la última crítica que van a leer, apreciados lectores.

El próximo 21 de diciembre de 2012 (21-12-12) a las 11:12 horas, el calendario maya anuncia el fin del mundo, el final del quinto sol. Puede ser el final del mundo o el comienzo de una nueva era, donde los valores que se han perdido a lo largo de la historia cambien. Para la sacerdotisa maya de la obra "vivimos en un mundo sin un gobierno ético" de ahí que manipulen una extraña energía que parte de las pirámides para atraer un meteorito que, o bien puede pasar cerca de nuestro planeta o bien puede chocar con la Tierra. En ese caso, la vida en la misma se extinguiría casi totalmente y los supervivientes se encargarían de que el mundo fuese mejor o peor porque quien desea una extinción no es de fiar.

Afortunadamente, Allan Haddon está en el mundo para intentar que eso no suceda, siempre con la ayuda de una bibliotecaria parisina, Clotilde Champolion y una desconocida agencia americana especialista en mitigar las catástrofes mundiales. Todo comienza con el robo del conocido Códice de Madrid, también llamado el Códice Tro-Cortesiano, que podemos ver en el museo de América de la capital.

En el mundo quedan cuatro códices de los mayas, el de Madrid y los de Dresde, de París o Peresiano y el de Grolier, que es un fragmento. En esos códices se supone que está la solución, para bien o para mal, de lo que puede ocurrir al mundo. Los conquistadores españoles se encargaron de destruir muchos documentos mayas, como bien relata Francisco López de Gomara en su Historia general de las Indias, obra fundamental para entender la conquista, por parte de Hernán Cortes, de unas tierras y de una cultura que cuando llegaron los españoles a Mesoamérica ya había desaparecido, abandonando sus ciudades bastante antes de su llegada.

Mario Escobar se ha mostrado crítico en otras obras con la conquista de los españoles y, desde luego, no le falta razón. Pero en esta ocasión, pese a dar numerosos detalles históricos, se centra en una trama que lucha contra el reloj para salvar a la humanidad. Un meteorito cae sobre nosotros y los desastres naturales comienzan por su influencia magnética.

La obra sucede en un futuro tan cercano que tendrán que darse prisa para leerla antes de que suceda lo que nos narra el autor. La trama está sucediendo en estos precisos instantes y en un futuro que ya está llamando a la puerta. Como siempre, consigue que mantengamos la atención, porque las muertes, los secuestros y toda la acción la estamos viviendo casi en tiempo real.

Cuando escribió la obra, a comienzos de año, ya predijo situaciones que estamos viviendo, como la crisis económica. Quizá alguno piense que esta crisis sea el fin del mundo para muchos y que no necesitemos un meteorito para acabar con todo, ya que los políticos parece que, ellos solos, se bastan y sobran. Quizá otros piensen que los conocimientos de astronomía de los mayas eran superiores a los de nuestra cultura y no aciertan a comprender cómo una civilización tan antigua pudiese tenerlos.

En cualquier caso, la novela nos hará pasar unas horas muy entretenidas y nos hará cuestionarnos muchos de nuestros fundamentos. Mario Escobar concibe la literatura como una gran evasión, no exenta de conocimientos antropológicos e históricos. No nos debe extrañar por qué sus obras se traducen a tantos idiomas y por qué triunfa de manera rotunda en México, donde hacen ediciones adaptadas a su forma de expresarse.

En definitiva, el autor afincado en Villalba tiene el don de la concreción y maneja los enigmas históricos como nadie. Con Mario Escobar la diversión está asegurada: misterios, crímenes e historias de amor pasan por su universo como el meteorito ese que quizá se estrelle contra nosotros. Si no lo hace, su literatura nos hará el mismo efecto.

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