"La distancia más larga entre dos puntos" se merece una edición mejor y una selección de textos más trabajada
La distancia más larga entre dos puntos puede ser un atajo, pero también la ruta espiral que eligen para encontrarse dos cuerpos en el vacío atraídos gravitacionalmente entre sí o, en el mejor de los casos, un libro formidable que, si nos dejáramos dominar por el afán de lograr un resumen imposible, podríamos describir como un delicado ejercicio estético sobre el sexo y la soledad, o como una obra clásica pero decididamente moderna, o como una serie de historias repletas de sabiduría sobre la tragedia de nuestras vidas.
Este libro incluye una gran cantidad de relatos cortos cuyas extensiones abarcan desde las cuatro líneas que creo recordar que tenía el más corto hasta un máximo de tres páginas. En cada uno de ellos, el autor consigue construir en una pequeña superficie de papel un mundo nuevo y paralelo en el que acabamos completamente inmersos y del que nos vemos arrancados en poco tiempo como un bebé que no quiere abandonar el vientre materno.
De este modo, el autor simboliza lo rápido que puede cambiar nuestra vida y cómo en unos segundos pasamos de una situación a otra (generalmente peor, como en la vida misma) contemplando como meros espectadores todo cuanto acontece a nuestro alrededor e intentando, en vano, hacer algo por evitarlo y viendo caer en saco roto nuestros esfuerzos y nuestro trabajo. Vamos, que el libro deja bien claro que "la vida es una absoluta mierda".
Cual artista barroco, Eugenio López García nos muestra lo más sórdido de la sociedad desde todos los ángulos posibles y nos muestra la vida de los más desfavorecidos, abarcando desde el alcoholismo o la drogadicción de aquellos que no soportan su propia vida y el dolor de sus familias, las mujeres que acaban prostituyéndose como último recurso para que su familia no muera de hambre, las familias con algún hijo con una enfermedad mental y su sufrimiento por salir adelante con normalidad...
Así, de cada historia aprendemos algo nuevo y útil en la vida real y en cada una de ellas queremos más y más, ya que hay algunos argumentos que darían para escribir una novela larga e interesante de ser llevados a una narrativa de mayores dimensiones en cuanto a la longitud del escrito. Especialmente ilustrativos de este punto son la historia de un hombre que basa su vida en una mentira, ya que todo el mundo cree que es un médico ilustre que trabaja buscando la cura contra el cáncer, mientras que no logró sacarse la carrera y que su puesto de trabajo con más responsabilidad ha sido vender fascículos del Magic English o aquél en el que un padre divorciado al que le toca la custodia de su hija ese fin de semana se va de putas y deja a la niña dormida en el asiento trasero del coche y, al regresar al vehículo, ve que la niña no está y ha desaparecido. Como ven, podrían dar para novelas que abarcaran las cuatrocientas páginas como las que tiene este libro.
En cuanto a la poesía, entre relato y relato, Eugenio López García introduce unos versos que sobre todo se centran en el amor, la decadencia o en la mitología y que son de una gran calidad y que contribuyen a hacer más grande esta obra.
En definitiva, La distancia más larga entre dos puntos es un libro que hay que leer entero, sin saltarse ni una coma ni un acento, debido a su gran calidad literaria.
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