Recuerdo leves pisadas por los caminos de vuelta, y no sé elegir la senda adecuada porque me castigan las neuronas,
Y la nada se instala en instantes en mi cerebro.
No quiero continuar un presente disoluto, libre de culpa. Canto mientras las horas pasan casi sin darme cuenta, y
Así, madura mi piel y mi alma.
Dulzura que compartir, sentimientos que se renuevan constantemente, caricias que llegan sin avisar…,
Amor que cultivar, cual rosas rojas que jamás se marchitan, se congelan y se quedan para siempre.
Suspiros que salen de mi boca, suspiros anhelando volver a sentir los latidos de tu corazón en mis manos.
Rodeando, dando vueltas alrededor de mi misma, contrayendo los músculos en estado casi de ansiedad por miedo a perderte.
Vendrás en los días cálidos a visitarme, y, finalmente, a quedarte a mi lado en el frío del invierno.
Entre girasoles, altos, mirándome, arropándome, acompañándome, estás tú, querido, amado.
Finalmente, quiero decirte que estas pobres palabras no son suficientes para que descubras mis emociones, mis deseos,
mis anhelos,…, y empiezas a conocer trozos de desdicha que poco a poco voy contándote.
Que mueran los vestigios de lagunas estancadas y malolientes, para adorar un mar azul incandescente.
De nuevo, vuelvo a ti, y, entonces ya no recuerdo ni siquiera las imágenes dolorosas, al contrario, me estremezco de
dicha.
Siempre junto a ti.
Ana Mª López Gallardo
Ana María López Gallardo es una poeta madrileña que escribe desde muy joven tanto poesía como relatos. Ha publicado dos relatos cortos en sendos ;libros por ser finalista en dos certámenes de “Cuentos cortos” en la editorial Edisena, además tiene editado un libro de poesía y prosa poética titulado “Ángeles exiliados y errantes buscando un trozo de cielo” y “Travesía”, ambos incluidos en el mismo ejemplar.