Juan Carmona el Camborio, después de fundar Ketama y acompañar a un sinfín de cantantes flamencos, de un paso más en su carrera y compone un sentido homenaje a esos poetas míticos que nos han hecho vibrar durante tantos años. Carmona nació en la granadina calle Elvira, la misma a la que Federico García Lorca dedicó los siguientes versos:
¿Adónde irán a estas horas?
Granada, calle de Elvira,
Donde viven las manolas,
Las que se van a la Alhambra,
Las tres y las cuatro solas.
Juan Carmona, hijo del guitarrista Juan Habichuela, mamó el flamenco, el arte y la poesía desde niño. Ahora, en su madurez creativa ha creado un espectáculo flamenco con una propuesta escénica, musical y coreográfica que rinde homenaje a los poetas de la generación del 27. Un recorrido por los textos de poetas como Juan Ramón Jiménez, Miguel Hernández, Gerardo Diego, Josefina de la Torre, Ernestina de Charpourcín, Maruja Mallo, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Concha Méndez, Gerardo Diego, Manuel Altoaguirre, Luis Buñuel, Salvador Dalí, a los que ha puesto música e imágenes.
La parte coreográfica corre a cargo de Anna López Infante y Carlos López Infante (Perfordance) que utilizan recursos audiovisiuales de gran impacto visual y estético para conseguir una escenografía original y muy surrealista, al modo y manera de Buñuel y Dalí.
En la parte musical, son seis los cantantes que participan en el espectáculo Almaría, Rafita de Madrid, Las Baustista, David de Jacoba y Saúl Quirós. Los músicos que acompañan al guitarrista Juan Carmona son el guitarrista Carlos de Jacoba, Lucky Losada a la percusión, José María Cortina al piano, Jorge Fernández del Castillo a la batería y Joni Losada al bajo.
El espectáculo consta de 20 escenas, 11 de ellas canciones interpretadas por los cantantes bien de manera individual o en grupo, el resto son piezas musicales con voz en off de diferentes poemas de la generación del 27 y coreografías que van desde el Circo del Sol hasta unos videos que crean una atmósfera surrealista muy atractiva por la interacción de la Anna López Infante con los mismos.
Comienza el espectáculo con “El cántico más solemne” de Juan Ramón Jiménez, a los que sigue “Sombra y luz”, y “Aurora de gracia”, también del poeta onubense. Continúa con un sentido homenaje al torero e intelectual Ignacio Sánchez Mejía, muñidor de la generación del 27. No podía faltar “A las cinco de la tarde” unas alegrías sobre el texto de Federico García Lorca, a los que sigue los tangos "Romance de la Luna”.
Los homenajes continúan con Maruja Mallo, Ernestina de Champourcín y Josefina de la Torre, fandangos y tangos se suceden con ese sentir de hondura y marinero que tienen esos poemas. No pueden faltar los versos modernos de Gerardo Diego en “Picassoneto”, magistralmente convertidos en unos jaleos sobrecogedores y los de Manuel Altolaguirre con “Era mi dolor tan alto”.
Mención especial merece los fandangos de “Cómo galopa la sangre” de Concha Méndez y “Marinero en tierra” de Rafael Alberti, para concluir con la sobrecogedora “Tristes guerras” del inmortal Miguel Hernández. Todas las escenas de "27 Flamenco" han sido musicadas por Juan Carmona con la colaboración de su esposa Almaría en algunos de los temas.
Pese a algún falló en el sonido, que solucionaban rápidamente, todo el espectáculo funciona con rigurosa precisión. Las voces de los cantantes suenan bien empastadas cuando cantan en grupo. Músicos que se conocen a la perfección y saben dar los matices precisos a las composiciones. Un gran homenaje a nuestros poetas más queridos y galardonados. Lástima que el teatro tuviese una media entrada el día que fui. La calidad no está reñida con la comercialidad y espero que el teatro se vaya llenando poco a poco. Se lo merecen estos artistazos.
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