Nos hallamos frente a una situación inédita, que no tiene precedentes y frente a la que no hay brújula que valga. Y, sin embargo, Enrico Letta, que fue primer ministro de Italia durante los años tormentosos de la crisis del euro, no tiene ninguna duda de que la construcción europea debe seguir avanzando, contra viento y marea. El futuro, sostiene, pasa por «desbruselizar» Europa, por democratizar su funcionamiento y por acercar de nuevo el proyecto a aquellos que sienten que les ignora.
En resumidas cuentas, por presentar la Unión Europea no como alternativa a lo peor sino como una apuesta por lo mejor. La victoria de Emmanuel Macron en Francia puede contribuir a ello. Europa tiene que reencontrarse a sí misma y convertirse en una potencia en valores, los mismos que pueden hacer de ella una referencia ética para el resto del mundo.
Enrico Letta (Pisa, Italia, 1966) fue primer ministro de Italia entre 2013 y 2014. Al acabar su mandato, renunció a su escaño en el Parlamento de su país y se trasladó a París, donde dirige desde entonces la Paris School of International Affairs del Instituto de Estudios Políticos (Sciences Po) de la ciudad. Es también presidente del Instituto Jacques Delors, con sedes en París y Berlín. Con anterioridad, fue ministro de Asuntos Europeos y ministro de Industria, y diputado nacional y europeo. Con el think tank Arel promueve desde el 2000 el Foro de Diálogo España-Italia.
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