Drama | 103 min. | Georgia 2017
Título: Rehenes.
Título original: Hostages (Mdzevlebi).
Director: Rezo Gigineishvili.
Guión: Lasha Bugadze, Rezo Gigineishvili.
Actores: Irakli Kvirikadze, Tinatin Dalakishvili, Giga Datiashvili, Giorgi Grdzelidze.
Estreno en España: 01/09/2017
Productora: 20 Steps Productions, Inkfilm.
Distribuidora: Karma Films.
Sinopsis
Georgia, URSS. La película narra los hechos reales ocurridos en 1983, en los que un grupo de amigos planea el secuestro de un avión como vía de escape de un país que les ahoga cada día más. Pero cuando el avión despega y la presión va en aumento nada sale como lo habían planeado.
Crítica
Rehenes reconstruye uno de los eventos más violentos de la historia de la antigua URSS. Nika, Ana y sus amigos parecen inmersos en los preparativos de la unión de la joven pareja, cuando en realidad usan la boda y su viaje posterior como tapadera para escaparse del régimen secuestrando un avión. De familias acomodadas, algunos de ellos médicos y otros de la élite artística, los jóvenes tienen de todo, menos lo que para ellos es lo más importante: la libertad.
Después de enseñar las fotos policiales como primera escena, el espectador ya sabe que terrible final les espera a los protagonistas. El sistema soviético era muy rígido, incluso en los pequeños detalles que le dan forma a la vida, como no poder bañarse en el mar pasadas las once. Esta introducción nos muestra como un control social y policial sofocante hace que los protagonistas se sientan rehenes en su propio país, y el sueño de una nueva vida les lleva a un proyecto necio y mal preparado.
Con una narrativa lineal y muy minimalista, somos testigos de una boda fría, ya que los novios están nerviosos, saben que la mañana siguiente, en el viaje van a secuestrar un avión. La huida está mal planeada, igual que la trama del film está fríamente explicada. Se limita a describir los hechos cronológicamente. Uno de los pocos detalles que se muestra de su plan es el hecho de que los autores creían que en el avión iban a viajar solos. No resulta ser así, pero, aunque titubean, los protagonistas siguen adelante con el secuestro. El titulo no puede referirse a los verdaderos rehenes, a la toma de pasajeros del avión, ya que apenas son mostrados siquiera a cámara.
Entre los autores del suceso destaca Ana, la novia, la única chica del grupo, y aunque su arrepentimiento es explícito, e incluso intenta fugarse en su propia boda, no se profundiza en sus razones para seguir adelante con los aterradores acontecimientos que harán sus compañeros. Queriendo ser neutral en los hechos, tampoco se intenta mostrar mucho romanticismo ni en la pareja ni en las relaciones de amistad entre los autores del secuestro. Durante los preparativos de la boda son presentados personajes mucho más interesantes que los propios protagonistas, como los familiares de los autores, quienes no sabían nada y ni siquiera imaginaban lo que pretendían los autores del secuestro. Esta ignorancia, junto con la culpa de formar parte del entorno de alguien que cree que la violencia es la única solución a sus problemas, podría haber sido un tema muy interesante de explorar.
Todo grupo social tiene un líder, pero en este grupo, aunque hay personajes que destacan, el hombre que fue condenado como líder ideológico apenas es aprovechado. En una situación como esta, y una vez observadas las consecuencias de los actos, la perspectiva de un personaje tan complejo hubiese sido, aunque quizás perturbadora, muy atrayente para el potencial público de esta película.
Es importante destacar que el director Renzo Gigineishvili se ha entregado a contra corriente, hasta llegar a consultar los archivos de la KGB para tratar un caso criminal del que los georgianos van a recordar siempre. Aun así, al tener como principales prioridades la rigurosidad y la neutralidad, pierde la ocasión de lanzar un mensaje más claro de que no hay razón que justifique un acto violento. Esta autenticidad, le da una forma particular al film, revelando que cuando no hay una razón, en el fondo, ¿es alguien culpable?.